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en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe. Fue un remedo de Agustín
Magaldi —también santafesino y doce años mayor que él—, que transitó un repertorio
no muy disímil al de La
Voz Sentimental. Pero don Agustín llegó
antes, y su estilo
quejoso, plañidero encajó justo para formar parte de la tríada que completaban Ignacio
Corsini y Carlos
Gardel. Cada uno de ellos tuvo sus seguidores, los tres perduraron hasta el
presente y entraron en la historia primera del tango canción.
No es la intención compararlos. Magaldi, en algo menos de catorce años, plasmó
en el disco 318 temas. Margal en diez, apenas arañó los 50 registros, pero lo
cierto es que al escucharlos, no podemos dejar de percibir el estilo tan
especial y distintivo del mítico cantor.
Recién a los veintitrés años llegó a Buenos Aires, en 1933. Se estableció en la
ciudad de Avellaneda y, tras algunos trabajos para mantenerse, comenzó a cantar
en cantinas y cafés. Algo rasgueaba la guitarra y se atrevió a acompañarse con
ella.
Tuvo sus seguidores, pero el principio de su consolidación artística comenzó
cuando el famoso Ruggierito (Juan Nicolás Ruggiero) —ladero del caudillo de la
zona: Alberto Barceló—, lo invitó a un asado. La concurrencia era de muchachos
partidarios que lo escucharon con gusto y allí, fue ganando su espacio. Un
asistente a la reunión hizo, días después, el contacto necesario para que fuera
contratado por LR2 Radio Argentina.
Entre idas y vueltas, pasó cerca de un cuarto de siglo en esa casa. También
actuó en Radio Prieto, El Mundo y, en algunas temporadas, en la audición de
Jabón Federal por Radio Belgrano. Su apodo fue una ocurrencia de don Jaime
Yankelevich.
A fines de la década del 30, eran frecuentes sus presentaciones en el Cine Real
de Rosario y en el Café Marzotto de la calle Corrientes. Entre los guitarristas
que lo acompañaron, los más destacados fueron José Canet
y Humberto Canataro.
El 18 de diciembre de 1942, se estrenó la película La Cabalgata del Tango —una
ocurrencia del glosador Lopecito—,
en la que se mezcla los diez cortos que entonces se encontraron de Carlos
Gardel, más la presencia de varios cantores invitados, entre los que se
encontraba Margal interpretando "Pobre
mi madre querida". En 1948 su voz interviene en otro film, dirigido
por Carlos Borcosque, El Tambor de Tacuarí.
Tuvo su público en Buenos Aires, pero mucho más en los numerosos pueblos y
ciudades que visitó en sus giras por el interior del país. Viajó con su canto
por los países vecinos.
También, formó dúo con Lito Bayardo
con quien compuso los tangos: "Aquel muchacho", "Compañera
mía" y "Vuelvo al
barrio", el pasodoble "Cara linda", los valses "El día
de mi madre", "Ojos de mi madre" y "Florcita olvidada"
y la milonga "Juan Manuel Fangio". Compuso más obras con otros
autores.
En 1951, participó en dos radioteatros que se emitían por Radio Argentina: La Ley de los Pobres y La Canción Maldita.
Llegó al disco en el sello Odeon, el 7 de marzo de 1947, con
su tango "No
hables mal de las mujeres" y su marcha "El tambor de
Tacuarí" (letra de Pascual Tudino).
La inclusión de varias piezas del repertorio magaldiano, son el mejor
testimonio de su admiración por el cantor. Podemos citar varios ejemplos:
"Yo
tengo una novia", "Inspiración",
"Nieve",
"La
que nunca tuvo novio", "Dios te salve m´hijo" y
"Zulima" (de Francisco
Pracánico y versos de Vicente
Retta).
Grabó hasta el mes de agosto de 1957, año en que abandona la actividad
artística. Intentó una actividad comercial. Se trataba de una empresa de pompas
fúnebres, pero no le fue bien.
Este especial personaje, muchas veces tratado de modo despiadado por la
crítica, murió en Buenos Aires a los 70 años. Nosotros, por el contrario,
creemos que por su aporte a nuestra cultura popular, merece un lugar entre los
creadores de nuestro portal Todo Tango.