
Hacia 1914, se radicó en Montevideo donde comenzó a componer letras para tangos que no las tenían y a cantarlas en público. La innovación consistió en que muchas de estas letras contenían el relato de una historia, generalmente vinculada temas sobre los cuales ya habían escrito cultores de la poesía urbana como por ejemplo Evaristo Carriego.
En la capital uruguaya Contursi cantaba en lugares como el cabaret Moulin Rouge de propiedad de Emilio Matos, padre de Gerardo Hernán Matos Rodríguez, compositor de La cumparsita y al finalizar su actuación pasaba el sombrero ya que el único ingreso por su trabajo era lo que le entregaba el público.
Entre 1914 y 1917 le puso letra a El flete de Vicente Greco, a La biblioteca y a Don Esteban de Augusto P. Berto, a Vea ... vea ... de Roberto Firpo, a Matasanos de Francisco Canaro, a De vuelta al bulín del pianista José Martínez, a Ivette de E.Costa y J. A. Roca y a El Cachafaz y a Champagne tango de Manuel Gregorio Aróstegui. También compuso Flor de fango sobre la música de El desalojo de Augusto A. Gentile y Pobre paica sobre la música de El motivo de Juan Carlos Cobián.
Después de esta fecha, aparecieron los síntomas de enajenación mental producto de la sífilis que padecía y algunos amigos, entre los que se encontraba Gardel, lo embarcaron, piadosamente engañado, rumbo a Buenos Aires, donde murió internado en el Hospital de las Mercedes, un establecimiento de salud mental, el 29 de mayo de 1932. Se había casado en 1911 con Hilda Briano y tuvo un hijo, José María Contursi que fue también músico y letrista de tango