Efemerides Tango:
FLOREAL RUIZ
Cantor
(29 de marzo de 1916 – 17 de abril de 1978)
Apodo: El Tata
Cuando escucho a Floreal Ruiz tengo la sensación que el
cantor lo hace de un modo tan natural y espontáneo que parecería estar sentado en una silla conversando informalmente, y las notas surgen de su garganta sin ningún esfuerzo. El timbre y la coloratura de su voz me resultan sonidos cotidianos, no hay estridencias ni falsos recursos, lo hace de la manera más difícil, sencillamente.
Es, sin duda, un cantor sutil, delicado, de una excelente
dicción que permite entender no sólo la letra sino también
su dramatismo.
Fue una de las grandes voces del cuarenta, y paradójicamente,
su reconocimiento definitivo lo logró con el transcurso de los
años, no en su momento de plenitud cuando integraba la orquesta
de Aníbal Troilo. Esto se debió
a dos motivos. Primero, porque en la década del cuarenta surgieron
muchísimos cantores de un nivel excepcional; segundo, porque
a él le tocó reemplazar en la orquesta de "Pichuco"
a Francisco Fiorentino y actuar al lado
del exitoso Alberto Marino, que era el cantor
de moda.
Floreal Ruiz cantó siempre bien, aún
en los últimos años de su carrera. Murió cantando.
Nació en el porteño barrio de Flores,
hijo de un anarquista al que debe su original nombre. El padre, hombre
severo y de fuertes convicciones ideológicas lo echó de
su casa por querer ser cantor: «ser cantor es ser cafishio –decía-
y no quiero cafishios en mi casa».
Fue en su juventud amigo del alma de Hugo
del Carril, junto al cual cometió sus primeros pecados de
bohemia y haciendo serenatas para los eventuales amantes que los contrataban.
Su carrera profesional se inicia en la radio y en 1938
es vocalista de la orquesta de José Otero con quien graba, en
1939, la "Marcha del Club Platense" de fútbol. Actuaba
con el seudónimo Fabián Conde.
En 1942 debuta con su nombre real en una actuación
en Radio Prieto. Su padre lo va a ver y allí se produce la reconciliación.
En 1943 ingresa en la orquesta de Alfredo
de Angelis con quien graba ocho temas, el primero fue "Marioneta"
(de Juan José Guichandut y Armando
Tagini) el 23 de julio, que resultó ser su tango más
representativo ya que luego lo graba con Aníbal
Troilo y José Basso.
Al año siguiente y a pedido del ya consagrado
Alberto Marino, Aníbal Troilo lo contrata para su orquesta, dejando
31 registros memorables, entre los cuales se destacan los tangos "Naranjo
en flor", "De
todo te olvidas", "La
noche que te fuiste", "Equipaje"
y los valses "Flor
de lino" y "Romance
de barrio". Todos ellos, a mi gusto, clásicos de nuestra
música ciudadana.
En 1948 se desvincula de la orquesta de Troilo
y, por motivos exclusivamente económicos, ingresa en la orquesta
de Franciso Rotundo. De esa época podemos destacar los tangos
"Aquel tapado
de armiño", grabado el 6 de julio de 1950, y al año
siguiente "Sobre
el pucho" y "El
viejo vals", a dúo con Enrique
Campos. De esta etapa quedaron 25 registros discográficos.
Luego de siete años con Rotundo pasa a la orquesta
de José Basso, con quien graba cuarenta
temas. Su voz mantenía la calidad y el estilo de siempre, pero
con un tono más bajo. Sus versiones de "Muriéndome
de amor", "Vieja
amiga" y "Como
dos extraños", son excelentes.
A principio de la década del sesenta ya es un
solista consagrado. Desde 1966 hasta su muerte graba 45 temas más
acompañado por las orquestas de Jorge Dragone, Luis Stazo, Osvaldo
Requena y la Orquesta Típica Porteña dirigida por Raúl
Garello. Con esta última, en 1977, produce quince registros,
demostrando un buen gusto y una creatividad vocal extraordinaria, pese
a la declinación de su garganta. Sus interpretaciones de los
tangos "Buenos
Aires conoce", "Y no puede ser", "Perfume
de mujer", "Cuándo
volverás" y "Divina" resultan conmovedoras,
y es el gran final de la carrera artística de un brillante cantor.
Admirado por las nuevas generaciones tangueras, es
el modelo de una forma de sentir e interpretar nuestro tango.