(4 de noviembre de 1919 - 26 de
septiembre de 1997)
Fue una orquesta prolija, acompasada
y por sobre todo al servicio del cantor, quien podía desarrollar cualquiera
fuere su estilo, todo su potencial vocal, su personalidad, su fraseo, en una
simbiosis que daba por resultado, una perfecta armonía entre la música y el
canto.
Así desfilaron por su formación cantantes de la talla de
Carlos Roldán, Mario
Corrales (Mario Pomar), Floreal Ruiz, Enrique Campos, Julio Sosa, Jorge Durán,
Alfredo Del Río, todas voces que lograron llegar al alma del público tanguero.
Nació en Buenos Aires, en el barrio de Belgrano. Hijo de un importante
empresario de la industria del papel, luego de la muerte de su padre asumió la
conducción de la empresa. Desde niño dada su inquietud por la música, comienza
a estudiar piano y obtiene él titulo de profesor, ejerciendo como tal en
distintos conservatorios.
A los 17 años arma su primera formación y en 1944 gana un concurso de orquestas
típicas que se realiza en el tradicional salón Palermo Palace. Debuta en los
carnavales de 1945 en el club San José de Flores del barrio homónimo,
colaborando en la presentación y glosas, el poeta Carlos Waiss.
Durante 1947, triunfa en un palco tanguero de la calle Corrientes, nada menos
que el Café Nacional, a partir de ese momento su orquesta con arreglos de su
primer bandoneonista Enrique Rossi y en cuya línea de bandoneones participaba
también Luis Stazo, comienza a desarrollar una importante participación en los
bailes. Sus cantores eran Horacio Quintana y Aldo Calderón.
Pero no era lo que pretendía Rotundo que observaba que en las más importantes
orquestas el éxito pasaba, fundamentalmente, a través de sus vocalistas. Llegó
a la conclusión con su amigo músico y arreglador Titi Rossi, que debía
contratar a vocalistas de gran cartel. Por tal motivo, a fines de 1948, convocó
a Carlos Roldán que estaba en Montevideo y después, en marzo de 1949, a Mario Corrales, que
había dejado la orquesta de Osmar Maderna. Este último permanece un año, para
luego pasar ala orquesta de Carlos Di Sarli, quien le cambia el nombre por el
de Mario Pomar.
Luego de los carnavales de 1949, Rotundo seguía con la idea de incorporar a una
figura consagrada. Le sugiere a Rossi tentar a Floreal Ruiz en pleno éxito con
Troilo. Parecía imposible concretarlo pero luego de varias reuniones lo
convenció a Floreal, con una propuesta de $ 100.000, parte de ello sirvió para
indemnizar a Troilo y a la RCA-Victor. Además de ese dinero, firmaron un
arreglo de $ 3000 por mes durante 40 meses.
En julio de 1948, Floreal Ruiz abandona a Troilo y debuta en octubre con
Rotundo. La orquesta a partir de ese momento pasó de hacer tres shows por mes a
más de veinte, en los mejores cabarets. También llegó la radio y la época de
los éxitos discográficos. La excelente campaña de Floreal con Rotundo se
desarrolló desde 1949 hasta 1957, quedando grabados 25 temas, algunos de gran
suceso como “Un infierno”, “Melenita de oro”, “Infamia”, “Esclavas blancas”.
En 1952, Rotundo produce un nuevo impacto comercial con la contratación de
Enrique Campos, quien logra desarrollar con Rotundo una de las etapas más
brillantes de su carrera, dejando grabadas obras de antología como los tangos
“Libertad”, “Llorando la carta”, “Ebrio”, y quizás la más perfecta
interpretación a dúo, con Floreal Ruiz del vals de Charlo y José González
Castillo, “El viejo vals”, récord de ventas.
En 1953, al desvincularse Julio Sosa de la orquesta Francini-Pontier, es
tentado por Rotundo a integrarse a su equipo. Le ofrece la suma de $ 5000 por
mes. Este acepta inmediatamente. Durante los dos años que Sosa permanece con la
orquesta, logra lo que sería luego, el estilo que lo impondría como solista y
que lo llevaría a ser una de las grandes voces del tango. Sus temas: “Justo el
treinta y uno”, “Mala suerte”, “Bien bohemio”, “Levanta la frente”, “Dios te
salve m'hijo”, “Secreto”, batieron todos los pronósticos comerciales.
Al final del año 1955, también tuvo su paso por la orquesta otro gran
vocalista, Jorge Durán, quien deja grabados dos temas, el vals “Poema para mi
madre” y el tango “Sus ojos se cerraron”, registrados en el mes de diciembre de
ese año.
La última gran contratación de Rotundo fue la del cantor Alfredo del Río —aquel
cantor de Alfredo Gobbi— testimonio de lo cual son sus dos registros: “Todavía
estas a tiempo” y “Destino en flor”.
El último cantor de esta etapa tan brillante de Rotundo fue Roberto Argentino,
quien graba un solo tema el tango, “Qué tarde que has venido”.
Todas estas grabaciones fueron hechas en el sello Pampa, que era subsidiario de
la empresa Odeón.
A raíz de la más cruel persecusión política y por sus ideas peronistas, fue
prohibido como tantos hombres del mundo de la cultura nacional y popular. Su
esposa, la destacada cancionista Juanita Larrauri, también fue perseguida y
terminó encarcelada por haber sido amiga personal de Eva Perón y senadora de la Nación. En su encierro
compartió horas con un señor en la vida y en el arte don Hugo del Carril. A
causa de estos episodios, Rotundo volvió a su empresa papelera.
Muy pocas orquestas en tan poco tiempo, apenas ocho años, lograron la
popularidad de Francisco Rotundo.
Como compositor junto a Reinaldo Yiso, logró un significativo éxito con el
tango “Un infierno” en las versiones de Floreal Ruiz y Alberto Morán, además
compuso el tango instrumental “Para florearse”, “Siempre tu voz”, “Rezongo
malevo”, “Un cariño”, “Sin remordimiento” y junto a Ernesto Rossi un tango
dedicado al club de fútbol Estudiantes de La Plata.
A fines del 60 abandona la conducción de su imprenta y vuelve por unos años a
su viejo amor; la música. Convoca a su amigo y hermano Tití Rossi e inaugura
primero en el barrio de Liniers y luego en Villa Luro, su local La Casa de Rotundo, donde armó
una nueva orquesta. Por ese escenario pasaron figuras estelares de nuestra
música ciudadana: Jorge Casal, Carlos Roldán, Alfredo del Río, Mario Bustos y
Alfredo Dalton, también el maestro Horacio Salgán.
Rotundo además de ser un grande del tango, fue un amigo, con códigos y hombría
de bien, injustamente olvidado y que hoy rescato en esta colaboración para Todo
Tango.