Rosita Quintana
Nombre real: Quintana Muñoz, Trinidad Rosa
Seudónimo/s: La Dama de América
Cantante, actriz y poetisa
(16 de julio de 1925)
Rosita Quintana (Buenos Aires, Argentina, 16 de julio de 1925)
es una actriz, cantante y compositora argentina nacionalizada mexicana,
con una extensa carrera desarrollada principalmente en México. Es una
de las últimas leyendas vivientes de la época de oro del cine mexicano, junto a Silvia Pinal, Columba Domínguez, Ninón Sevilla, Elsa Aguirre,Martha Roth, Elsa Cárdenas y Bárbara Gil
Rosita Quintana nace el 16 de julio de 1925 en el barrio de Saavedra en la capital de Argentina, Buenos Aires. Hija de Arturo Quintana y María Antonia Muñoz. Siendo niña estudió en el colegio de monjas María Auxiliadora, y gracias a la influencia de su abuela, Carmen Alonso, guitarrista e
intérprete de tango, Rosita se empezó a interesar por el canto. Interpretaba tangos a escondidas para sus amigas del colegio, y cuando las monjas la descubrieron, la expulsaron, ya que los tangos se consideraban indecentes y arrabaleros en aquella época. A pesar de esto no se desanimó y su abuela, la principal impulsora de su talento, fue quien le regaló su primera guitarra y la llevó a una escuela de canto.
Quintana debutó a los 15 años en un teatro de revista de su país, como la vocalista de una de las orquestas más famosas de la época - La orquesta de los hermanos Caro -, ahí fue vista por el compositor Rodolfo Shiamarrella y la invitó a interpretar sus tangos al Teatro Casino. De allí le empezaron a llover ofertas de trabajo. En alguna ocasión el cantante mexicano Jorge Negrete de gira por Sudamérica, presencia una actuación de Rosita y la invita a México, en donde debuta en el famoso centro nocturno Centro Nocturno “El Patio” en 1947, con tal aceptación que decide quedarse a radicar en el país azteca.
Su debut como actriz lo hace en 1948 con la película La santa del barrio del director Chano Urueta, a la que siguieron pequeños papeles en otras cintas como: Ay Palillo no te rajes!, pero no seria hasta el siguiente año que el público comienza a identificarla por su trabajo actoral gracias a su participación en 3 de las mejores películas de Germán Valdés “Tin Tan”, Calabacitas tiernas, Soy Charro de levita y No me defiendas compadre en las que hacia gala de su capacidad para la comedia, tanto que se le considera junto a Silvia Pinal, la mejor pareja femenina que tuvo el famoso cómico pachuco. El mismo año conoce al gerente de los estudios Paramount Pictures, Sergio Kogan. Ambos se enamoran y comienzan un largo noviazgo que termina en boda. Con él procrea a su hijo Sergio.
Ya consolidada como actriz, actúa bajo las ordenes de Julio Bracho en La ausente (1950), junto a Arturo de Córdova, Andrea Palma y Ramón Gay; bajo las órdenes de Luis Buñuel trabaja en Susana, Carne y demonio (1950), con Fernando Soler y Víctor Manuel Mendoza, en donde se explota su sensualidad natural; y con Rogelio A. González filma El mil amores (1954) junto a Joaquín Pardavé y Pedro Infante, quien en aquel momento se encontraba en la cumbre del éxito. Las citadas son quizá sus cintas más conocidas, aunque el actor con quien trabajó más a menudo fue Luis Aguilar, con quien compartió créditos en nueve películas, incluyendo varias comedias rancheras y un par de historias heroicas ambientadas en la revolución mexicana de principios del siglo veinte. Durante los largos años de su carrera, Rosita Quintana alternó sus actuaciones en la pantalla con su carrera como cantante y compositora, al firmar con compañías como RCA Víctor y Musart y darle temas a cantantes como Guadalupe Pineda, Angélica María y María de Lourdes. También realizó una serie de trabajos en su patria de nacimiento.
Los 60 fue una década de contrastes para la actriz, ya que logra ganar el premio perla del cantábrico como mejor actriz por la película El octavo infierno (1964), pero tuvo que hacer una pausa en su carrera a causa de un accidente automovilístico que la mantuvo varios días en coma, además de que falleció su ex esposo Sergio Kogan, quedando al cuidado de sus hijos Sergio y Paloma Guadalupe, esta última adoptada. Su carrera en cine, aunque con pausas siguió hasta finales de los 90, década en la que incursiona en televisión, siendo su trabajo mas exitoso en este rubro la personificación de una de las villanas de la teleserie La dueña, protagonizada por Angélica Rivera, Francisco Gattorno y Cynthia Klitbo Gamboa. Reaparece en el cine en el año 2005 con la cinta Club Eutanasia, último trabajo registrado de la actriz que siempre ha dicho: “A México le debo lo que soy”.
Rosita Quintana nace el 16 de julio de 1925 en el barrio de Saavedra en la capital de Argentina, Buenos Aires. Hija de Arturo Quintana y María Antonia Muñoz. Siendo niña estudió en el colegio de monjas María Auxiliadora, y gracias a la influencia de su abuela, Carmen Alonso, guitarrista e
intérprete de tango, Rosita se empezó a interesar por el canto. Interpretaba tangos a escondidas para sus amigas del colegio, y cuando las monjas la descubrieron, la expulsaron, ya que los tangos se consideraban indecentes y arrabaleros en aquella época. A pesar de esto no se desanimó y su abuela, la principal impulsora de su talento, fue quien le regaló su primera guitarra y la llevó a una escuela de canto.
Quintana debutó a los 15 años en un teatro de revista de su país, como la vocalista de una de las orquestas más famosas de la época - La orquesta de los hermanos Caro -, ahí fue vista por el compositor Rodolfo Shiamarrella y la invitó a interpretar sus tangos al Teatro Casino. De allí le empezaron a llover ofertas de trabajo. En alguna ocasión el cantante mexicano Jorge Negrete de gira por Sudamérica, presencia una actuación de Rosita y la invita a México, en donde debuta en el famoso centro nocturno Centro Nocturno “El Patio” en 1947, con tal aceptación que decide quedarse a radicar en el país azteca.
Su debut como actriz lo hace en 1948 con la película La santa del barrio del director Chano Urueta, a la que siguieron pequeños papeles en otras cintas como: Ay Palillo no te rajes!, pero no seria hasta el siguiente año que el público comienza a identificarla por su trabajo actoral gracias a su participación en 3 de las mejores películas de Germán Valdés “Tin Tan”, Calabacitas tiernas, Soy Charro de levita y No me defiendas compadre en las que hacia gala de su capacidad para la comedia, tanto que se le considera junto a Silvia Pinal, la mejor pareja femenina que tuvo el famoso cómico pachuco. El mismo año conoce al gerente de los estudios Paramount Pictures, Sergio Kogan. Ambos se enamoran y comienzan un largo noviazgo que termina en boda. Con él procrea a su hijo Sergio.
Ya consolidada como actriz, actúa bajo las ordenes de Julio Bracho en La ausente (1950), junto a Arturo de Córdova, Andrea Palma y Ramón Gay; bajo las órdenes de Luis Buñuel trabaja en Susana, Carne y demonio (1950), con Fernando Soler y Víctor Manuel Mendoza, en donde se explota su sensualidad natural; y con Rogelio A. González filma El mil amores (1954) junto a Joaquín Pardavé y Pedro Infante, quien en aquel momento se encontraba en la cumbre del éxito. Las citadas son quizá sus cintas más conocidas, aunque el actor con quien trabajó más a menudo fue Luis Aguilar, con quien compartió créditos en nueve películas, incluyendo varias comedias rancheras y un par de historias heroicas ambientadas en la revolución mexicana de principios del siglo veinte. Durante los largos años de su carrera, Rosita Quintana alternó sus actuaciones en la pantalla con su carrera como cantante y compositora, al firmar con compañías como RCA Víctor y Musart y darle temas a cantantes como Guadalupe Pineda, Angélica María y María de Lourdes. También realizó una serie de trabajos en su patria de nacimiento.
Los 60 fue una década de contrastes para la actriz, ya que logra ganar el premio perla del cantábrico como mejor actriz por la película El octavo infierno (1964), pero tuvo que hacer una pausa en su carrera a causa de un accidente automovilístico que la mantuvo varios días en coma, además de que falleció su ex esposo Sergio Kogan, quedando al cuidado de sus hijos Sergio y Paloma Guadalupe, esta última adoptada. Su carrera en cine, aunque con pausas siguió hasta finales de los 90, década en la que incursiona en televisión, siendo su trabajo mas exitoso en este rubro la personificación de una de las villanas de la teleserie La dueña, protagonizada por Angélica Rivera, Francisco Gattorno y Cynthia Klitbo Gamboa. Reaparece en el cine en el año 2005 con la cinta Club Eutanasia, último trabajo registrado de la actriz que siempre ha dicho: “A México le debo lo que soy”.