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miércoles, 12 de noviembre de 2025


12 de Noviembre de 1863 - Fallece el "Chacho", Ángel Vicente Peñaloza, en Loma Blanca, cerca de Olta, Provincia de La Rioja. Militar y caudillo federal.
El Chacho se había Alzado en armas contra el centralismo que imponía Buenos Aires, bajo el Gobierno del Presidente Mitre y el fuerte apoyo de Sarmiento.
La muerte del Chacho es el punto final de la encarnizada y sangrienta represión que llevaron adelante los mitristas contra todo lo que fuera símbolo de federalismo.
Tras haberlo derrotado en "Los Gigantes", Provincia de San Juan, Las fuerzas del Coronel Irrazábal, lo persiguieron hasta Los Llanos, y Peñaloza se rindió al comandante Ricardo Vera, entregándole su puñal, la última arma que le quedaba.
Pero la orden de Sarmiento era que terminaran con su vida.

Una hora más tarde llegó Irrazábal y lo asesinó con su lanza; a continuación hizo que sus soldados lo acribillaran a balazos.
Su cabeza fue cortada y clavada en la punta de un poste en la plaza de Olta. Una de sus orejas presidió por mucho las reuniones de la clase "civilizada" de San Juan. Su esposa, Victoria Romero, fue obligada a barrer la plaza mayor de la ciudad de San Juan, atada con cadenas.
A mediados del siglo XX, la provincia de La Rioja lo convertía oficialmente en un héroe. En su facón, que se exhibe en el Museo de Historia de La Rioja, puede leerse la inscripción que definía su carácter: "Naides, más que naides, y menos que naides".



12 de Noviembre de 1954 - Fallece Luis Agote, en la localidad de Turdera, Provincia de Buenos Aires. Medico e investigador argentino, que había nacido en Buenos Aires, el 22 de Septiembre de 1868.

Preocupado por el problema de las hemorragias en pacientes hemofílicos, encaró el problema de la conservación prolongada de la sangre con la colaboración del laboratorista Lucio Imaz. Sus primeros intentos, como el uso de recipientes especiales y el mantenimiento de la sangre a temperatura constante, no dieron resultado. Buscó entonces alguna sustancia que, agregada a la sangre, evitara la coagulación. Luego de muchas pruebas de laboratorio in vitro y con animales, Agote, aunque sin conocer el origen bioquímico del comportamiento, encontró que el citrato de sodio (sal derivada del ácido cítrico) evitaba la formación de coágulos. Esta sustancia, además, era tolerada y eliminada por el organismo sin causar problemas ulteriores. La primera prueba con personas se hizo el 9 de noviembre de 1914, en un aula del Instituto Modelo de Clínica Médica, teniendo como testigos al Rector de la Universidad de Buenos Aires, Epifanio Uballes, el decano de la Facultad de Medicina, Luis Güemes, el Director General de la Asistencia Pública, Baldomero Sommer, y el intendente municipal, Enrique Palacio, además de numerosos académicos, profesores y médicos. Durante la misma un enfermo que había sufrido grandes pérdidas de sangre recibió la transfusión de 300 cm3 de sangre previamente donados por un empleado de la institución y conservados por la adición de citrato de sodio. Tres días después el enfermo, totalmente restablecido, fue dado de alta.
Los restos de Luis Agote, descansan en el Cementerio de La Chacarita.



12 de Noviembre de 1974 - Nace Daniel Facundo Toro, en Almagro, Ciudad de Buenos Aires. Cantor, músico y compositor.
Hijo de Daniel Toro, una de las voces legendarias de nuestro canto folklórico. A los seis años grabo con su padre y lo acompaño haciendo voces y coros por escenarios del país y el exterior.
Facundo comenzó su carrera en 1994 y fue revelación en el Festi-Front de Bolivia.
En 1995 se afinca en Córdoba, actúa en "El Cencerro" de Ismael Rossi. Allí comienzan los contactos para su primer contrato discográfico.
En 1996 en Cosquín, su padre Daniel, lo presenta ante la plaza "Prospero Molina", como su heredero. Ese mismo año se edita su primer trabajo discográfico, titulado "Dibujare tu corazón".
En 1997 es nominado en la categoría de "Artista revelación" en el Festival Nacional de la Doma y folklore en Jesús María. Pocos días después ocurre lo mismo en el Festival de Cosquin a exactos 30 años de la consagración de su padre.
En 1999 alcanzo el premio máximo de los folkloristas, la "Consagración" en el Festival de Cosquin.

Obras: Amor Azul (con Rubén Chemme) - Chacarera del sol (con La Moro) - Como me gusta (con Julio Fontana) - El ganador (con Julio Fontana) - El juego de tus labios (con Daniel Toro) - El ladrón (con Nicolás Urquiza y Daniel Funes) - Entre tú y yo (con Rubén Chemme) - Folklore cordobés (con Dora Varela) - La caza de los abuelos (con Elida Mazzitelli) - La diablera (con Daniel y Carlos Toro) - La Diosa (con Julio Fontana) - Las cuatro estaciones (con Miguel A. Arévalo) - Lluvia de amor (con Manuel Conde Giménez) - Nombradores del alba (con Miguel Ángel Toro) - Se va el amor (con Julio Fontana) - Te quiero, te quiero (con Nicolás Urquiza) - Torbellino (con Carlos Dante Díaz) - Zamba del pañuelo (con Carlos Alejandro Toro), entre otras.




12 de Noviembre de 1975 – Nace Ariel Carlos Báez, en la Ciudad de Corrientes. Músico intérprete de acordeón tres hileras, cantante y compositor
Miembro fundador del conjunto “Los Alonsitos” en 1985, junto a Marcelo Roselli, Luis Moulin y Marco Roselli. Para ese entonces Ariel tenía 10 años de edad.
En sus comienzos los unió la pasión por el fútbol y la coincidencia de tomar clases de música con el virtuoso instrumentista “itateño” Raulito Alonzo, de ahí el nombre del conjunto
Su carrera artística está ligada al conjunto que interpreta chamamé y música del litoral argentino. En 1988, graban su primer material discográfico, titulado: “La nueva sangre del chamamé”. En 1991, fueron elegidos “Notables” del Festival Nacional de Folklore en Cosquín. En 1992, fueron galardonados con el Premio “Consagración” en el mismo festival.

Obras: Abran Cancha (Luis Moulin) – La leyenda del macho (con Luis Moulin, Marco y Marcelo Roselli Majul) – Si ya no estas (con Arnaldo Balestra, Luis Moulin, Marco y Marcelo Roselli Majul) – Te recuerdo (con Luis Moulin) – Un ramo de rosas (con Luis Moulin y Antonio Báez) – Vienes y vas (con Luis Moulin y Marcelo Roselli Majul) – Y si alguna vez te amé (con Luis Moulin) – Yo te reclamo tierra (con Marco Roselli Majul), entre otras.

 

martes, 11 de noviembre de 2025


 

11 de Noviembre de 1878 - En un telegrama al nuevo ministro Julio A. Roca (Alsina había fallecido), el coronel Conrado Villegas le comunicaba la captura del cacique Vicente Pincen.
Su lugar de nacimiento es tan misterioso como el de su misma muerte, por eso elegí esta fecha para rendirle un merecido homenaje a este cacique que resistió hasta el final la colonización de sus tierras librada bajo la bandera del progreso y la civilización.
Algunos decían que había nacido en Güaminí, pero para fuentes consultadas por el historiador, diplomático, periodista y académico Estanislao Zeballos, Pincén era un indio nacido en Carhué y que hizo su fama en prácticas mal habidas: creció haciendo viajes desde la pampa de Buenos Aires a los valles andinos, traficando ganado robado en la República Argentina para llevarlo a Chile, "donde los indios eran recibidos como mercaderes honrados, mientras en nuestros campos dejaban marcado su paso con sangre y cenizas. En Chile les era comprada la hacienda a razón de un poncho por vaca, una botella de caña o aguardiente por yegua, como precios corrientes, sin perjuicio del negocio de prendas de plata, cuentas, armas y abalorios". También de acuerdo con esta versión, recreada en el libro de Zeballos, “Episodios en los territorios del sur” (1879), "La fama de Pincén subió de grado en los pagos andinos y lograba arrastrar en sus correrías y aventuras nuevos mocetones araucanos que, cediendo al espíritu aventurero y a la codicia, lo acompañaban a buscar fortuna; y como la bola de nieve, la clientela de Pincén aumentaba sin cesar."
En su libro “Pincén, mito y leyenda”, el historiador Juan José Estévez reseña varias teorías contradictorias sobre el origen del cacique. Como la del historiador y antropólogo Milcíades Alejo Vignati quien asegura que los rasgos de Pincén no son los rasgos de un indígena cien por ciento. "Indudablemente hay mezcla, hay sangre india pero atenuada; casi podría asegurarse que no es fruto de primera mestización: es decir que uno de los abuelos ha sido el portador de la sangre indígena”. O la de otro historiador; Dionisio Schóo Lastra quien, en “La lanza rota” (1951), cuenta que las ancianas de la tribu de Pincén recordaban que el cacique era hijo de una cautiva cordobesa de Río Cuarto y que de ella había heredado el ser ladino (conocer los dos idiomas y, por eso, podía precaverse más que los demás) y la audacia que siempre mostró.
Según Schóo las ancianas contaban que Pincén había heredado el carácter de su madre, una cautiva blanca que se enamoró de un joven capitanejo que tenía por vocación el "amansar fieras", o sea, dedicado a la crianza y adiestramiento de pumas americanos y que por ello de joven lo llamaban Ayllapan (ailla=nueve, pangui=león o puma). De la unión de ambos nació Pincén, quien fue un eximio cazador y adiestrador de pumas, actividad que habría aprendido de su padre.
De contextura atlética y robusta, con su metro ochenta de altura, Vicente Pincén se destacaba por sobre las siluetas de los demás indígenas. Frente a un ejército poderoso y pertrechado, su nombre comenzó a ser leyenda en su juventud en la zona de Pergamino por vencer a los militares con ingenio y ferocidad. Se contaba por ejemplo la vez en que Pincén y cien de los suyos volvían de un malón con cerca de 4.000 potros arrebatados de las estancias del lugar. "Dieron contra un cuerpo de línea que los aguardaba pie a tierra, cerrándoles con las bocas de sus armas el paso entre los cañadones. Los indios, sintiéndose perdidos, se volvieron a mirar al cacique como requiriéndole que resolviera la situación. Pincén, con un golpe de vista de buitre, improvisó con sus hombres una manga y lanzando por entre ella a los 4.000 potros espantados, los llevó contra los soldados que resultaron pisoteados y dispersos. Pincén ganó el desierto sin una baja y con todo el arreo"
O cuando hacía frente a los fusiles a repetición con un arma de su invención llamada el lazo: la llevaban dos caballos unidos por un lazo y en medio de éste, suspendida una bola grande de piedra. Se ponían al galope los caballos, que eran azuzados para que continuaran en esa ruta. La piedra golpeaba así el corazón del piquete haciendo el desparramo o impidiéndoles a los soldados tomar puntería, mientras los indios se acercaban con rapidez para ultimarlos.
En esta lucha entre indios y soldados, sólo se podía vencer con el ingenio porque, a diferencia de lo que sucedió en los Estados Unidos, con los comancheros o los traficantes de armas, en nuestras pampas los aborígenes no tuvieron acceso a las armas de fuego. Por el contrario, ya en 1877, cuando se inicia la última fase de la Campaña al Desierto, el soldado bien montado y con un sable estaba notoriamente en mejores condiciones de defenderse frente a un indio con una lanza de casi tres metros o portando la llamada bola perdida o bola de combate, por más diestramente que se la manejara. (El coronel Villegas solía decir que un soldado en estas condiciones equivalía a tres o más indios.) Y a esto había que sumar el Remington. Porque con el antiguo rifle de un solo tiro, que le insumía unos minutos al soldado volverlo a cargar, el indio sabía que era el momento oportuno para irse al humo y ultimar al soldado (de ahí la frase: "se me vino al humo"). Pero el Remington, un rifle a repetición, puso de una vez y para siempre a los indios en franca desventaja en el combate dejándoles la huida como única salida posible.
Pero más allá de su astucia, la fama de Pincén creció por su postura ofensiva contra el gobierno de Rosas en desmedro de la postura acuerdista y sólo a veces defensiva del cacique Calfucurá.
Según Estanislao Zeballos, "Pincén pasó a la historia como indio cabal, baqueano consumado, guerrero corajudo, cazador de fama, jefe montaraz, huidizo, con frecuentes cambios de hábitat (...) que emerge con fuerza su señera figura ofreciendo resistencia a todo intento de penetración militar en sus dominios. (...) Se distinguió siempre por su bravura y la efectiva táctica de rápidas guerrillas para mantener atemorizados a fortineros y pobladores. Se manifestó reacio a firmar tratados de paz; y cuando lo hizo, para asegurarse la entrega de raciones, abandonó la actitud pacífica ante el menor incumplimiento, dando muestras claras de su inveterado espíritu guerrero que de inmediato transmitía a sus capitanes, para así volver a malonear, una y otra vez, en el oeste y norte de la provincia de Buenos Aires, causando muertos, incendios y pillaje (La Picaza, Junín, La Mula Colorada; Fortín Vigilancia, Colonia de Brizuela, Fortín Bagual, Carlos Casares, Tapera de Díaz, Fortín Esperanza, Bahía Blanca).
Entre sus mayores audacias se cuentan el robo de los famosos Blancos de Villegas, el 21 de Octubre de 1877, cuando los indios se llevaron de la comandancia de Trenque Lauquen, 53 de esos caballos blancos, custodiados bajo siete llaves. Como viejos contrincantes, Pincén y el coronel Villegas se tenían gran respeto.
Fue Roca quien ordenó a Villegas batir a Pincén en sus propios dominios y conducirlo prisionero a Buenos Aires. Y Villegas cumplió. El Cacique fue detenido con su familia en Noviembre de 1878, cerca de la laguna Malal (noreste de La Pampa), y un mes después, arribó a la capital, para ser recluido en la Isla Martín García con parientes y otros de su tribu.
No hay datos exactos sobre su muerte. Hay quienes dicen que el cacique murió en la isla Martín García, en una segunda prisión tras cuatro años de libertad.
Otros aseguran que ya estando en libertad, Pincén decidió morir en Güaminí, donde para algunos habría nacido y donde vivió en sus años mozos y que por esto partió con algunos miembros de su familia hacia Los Toldos y después hacia su morada final, a orillas de la laguna El Dorado.
Dicen que la última vez que se lo vio, allá por 1896 ó 1897, el cacique juntaba maíz en las chacras de San Emilio. Dicen también que cuando se sintió morir Pincén viajó a Trenque Lauquen a despedirse de su familia. Y que su cadáver fue llevado por los blancos. Para otros, su cuerpo fue envuelto en cuero y arrojado a una laguna. Y Juan José Estévez se inclina por la versión de que algún familiar pudo haberse encargado de los restos y se hallen en custodia en algún cementerio.



11 de Noviembre de 1894 - Nace Juan Bautista Bairoletto en la localidad de Carlos Pellegrini, Provincia de Santa Fe. Bandido rural de fama legendaria.
Bairoletto comenzó a escapar de la justicia, allá por 1919, luego de matar a un policía, factiblemente un sargento, de la ciudad de Eduardo Castex, Provincia de La Pampa, llamado Elías Farach, en una disputa amorosa por una prostituta de ese lugar.
Su frondoso prontuario acumuló robos, hurtos, reparto de propaganda anarquista, asaltos y muertes. Pero ello no hizo mella en la admiración popular. Admiración que lejos de decaer se fue incrementando con cada nuevo crimen y nuevo escape.
Este bandido, ha sido conocido por robar a gente rica para dar a los pobres, quizá la razón por la cual se ganara su apodo de "Robin Hood Argentino" o el "Robin Hood Criollo" siendo un mito luego de su muerte.

Falleció en un enfrentamiento, en el cual se pegó un tiro, contra la policía en el año 1941, en la localidad de Colonia San Pedro de Atuel (o Carmensa) en la Provincia de Mendoza.
Tras su muerte se le han atribuido milagros y ha sido santificado por la devoción popular.
Se han compuesto muchas canciones en su homenaje y recordación, "El Gaucho Bairoletto" de Saúl Huenchul, lo nombra la "Milonga Baya" de Julio Domínguez. Pero ha trascendido nuevamente y revivido su leyenda, en la canción "Bandidos Rurales", compuesta por León Gieco.



11 de Noviembre de 1905 – Don Eduardo de Chapeaurouge, destacado agrimensor, que cursó estudios en Europa y Estados Unidos, fundó la Ciudad de General Pico, Provincia de la Pampa.

La Ciudad conto con amplias ventajas y posibilidades de desarrollo para su época ya que su ubicación geográfica se planificó en relación a los cruces de vías de ferrocarril (Oeste y Pacífico). Fue el mismo Chapeaurouge quien diagramó la ciudad que posee pocas diagonales, calles amplias y una avenida principal llamada General San Martín en honor al Libertador de América.
El nombre de la ciudad es en alusión al General Eduardo Gustavo Pico, quien fuera gobernador de la provincia (en ese entonces territorio nacional) entre los años 1891 y 1899. Desde mediados del siglo XX, General Pico está atravesando por un importante proceso de crecimiento demográfico. Su intendencia fue fundada en 1912, siendo su primer intendente Alfredo Bo.



11 de Noviembre de 1926 - Nace Pedro Floreal Cladera, en San Rafael, Provincia de Mendoza. Cantor, músico guitarrista y compositor.
Hijo de inmigrantes españoles, Doña Antonia Villalonga y Don Pedro Cladera, quienes llegaron a la Argentina a fines de 1916 provenientes de las Palmas de Mallorca (España), radicándose en San Rafael y dedicándose al comercio. El matrimonio fructificó en siete hijos: Francisca, Martín, Antonia, Margarita, Petrona, Andrés y el menor de la familia: Pedro.
Desde muy niño la música lo apasionó y su escuelita primaria (N°291 José Villanueva), lo tuvo como protagonista permanente de todos los actos que en ella se realizaban. Pero su gran debut se produjo cuando a los once años se presentó cantando en LV4 Radio Splendid de San Rafael. Allí conoció a otra niña cantora que, como él, también tenía once años: Carmen Tapia (Lita), quién con el correr de los años sería su esposa, y compañera de toda la vida. Se casaron en 1950. Ella tenía un conservatorio de música, enseñaba piano, teoría y solfeo, y él junto a su cuñado Rafael Tapia (Hermano de Lita), Abel “Tito” González, Ángel “Cacho” Ritrovatto, Juan Carlos “Pato” Rodríguez y Francisco “Rubio” Jiménez, formaron un conjunto folklórico al que llamaron “Los Andariegos”. Pedro los dirigía, hacía los arreglos vocales (para la época muy renovadores, ya que los grupos de entonces se limitaban solo a cantar en primeras y segundas voces, y ellos, armonizaban además con terceras, cuartas y quintas), hasta que en 1954 viajan a Buenos Aires a probar suerte como profesionales. Para entonces ya había nacido Lilian su única hija.
A fines del 59 se desvincula del conjunto, para comenzar en los inicios del 60 su camino como solista. La compañía discográfica Microfón, lo contrata como artista exclusivo y su Productor General: Don Mario Kaminsky, lo “bautiza” como "Chacho Santa Cruz".

Obras: Anoche estabas llorando - Argentina al Sur (con Pedro Farías Gómez) - Camino del hombre (con Pedro Tusoli) - Chaco Querido (con Luciano Bottini) - Como la vida (con Omar Hueda) - Con harina, vinito y aloja (con Daniel Altamirano) - Crepúsculo campesino - Decídete a marchar (con Carmen Tapia) - Domador sureño (con León Benaros) - El huerfanito y el rey (con Juan Gianniti) - El poema nunca muere (con Lilian del Carmen Cladera) - Esperanza de mi pueblo (con Carmen Tapia) - Flores y abrojos (con Pedro Aguirre) - Hombres y perros (con Julio Cesar Gutiérrez) - Hoy es navidad (con Julio Cesar Gutiérrez) - Jarilla y salitre - La galleta trincha (con Luis Landriscina) - La nueva casa (con Juan Carlos Nieto y Carmen Tapia) - La ranchera del paisano Julio (con Rafael Tapia) - Liturgia Huarpe (con Abel González) - Los versos de la milicia (con León Benaros) - Más acá del colorado (con Aníbal Forcada) - Matecito compañero (con Carmen Tapia) - Me llaman zamba - Mendocinita - Mi chola (con Felipe Ritrovato) - Mi vendimiadora (con Waldo Belloso y Carlos Torres Vila) - Navidad, que buena sos (con José Adolfo Gaillardou) - No te rías (con Carmen Tapia) - Nostalgia sureña (con Arsenio Aguirre) - Pa Don Hilario (con Julio Gutiérrez Martin) - Pampa chúcara (con Ciro ovejero) - Pensar nomas por pensarte (con Pedro Tusoli y Carmen Tapia) - Peoncito Humilde (con Carlos Lucero) - Pulsando el leño - Que tiene la Patagonia (con Carmen Tapia) - Rebelde y vagabundo (con Pedro Aguirre) - Romance de los abuelos - Sauce y niñez (con Mateo Villalba) - Si quieres ser bueno (con Daniel Toro) - Soy sembrador (con José Adolfo Gaillardou) - Todo pasa, todo llega - Tu adiós (Con Juan Carlos Sánchez) - Una gota dentro del mar (con Carmen Tapia) - Una moto resaviada (con Tomas Gogorza) - Uvitas de mi tierra (con Adela Tapia) - Velay mi pena (con Roberto Zanoni) - Zamba de los hacheros (con Ángel Molina) - Zorzalito cuyano (con Adela y Carmen Tapia), entre otras.