Cantor
(27 de abril de 1922 – 12 de diciembre de 1996)
Nombre real: José Atilio Dattoli
El estilo de la orquesta de Juan D'Arienzo tuvo sus adeptos en gran parte de la comunidad tanguera, de modo especial entre los fanáticos del baile, quienes se entusiasmaban por su ritmo picado y veloz.
También hubo quienes lo escucharon con indiferencia,
gustosos de orquestas más musicales, mejor elaboradas y con otro
tipo de repertorio. Pero nadie dudó en aquel tiempo, año
1935 en adelante, que gracias a su aparición el tango volvió
a ocupar una posición privilegiada en un momento en que la música
norteamericana estaba prevaleciendo.
Músicos con una concepción moderna del
tango, alejados estilísticamente de D'Arienzo,
no dejan de reconocer que para el resurgimiento del género, hoy
se necesitaría la aparición de un nuevo D'Arienzo. Dicho
esto como un ejemplo, como una expresión de deseos, ya que las
circunstancias son muy distintas.
A partir de 1940, D'Arienzo
tuvo dos cantores emblemáticos.Uno fue Alberto
Echagüe, con un repertorio profundamente dramático,
por momentos rozando lo ridículo y, en otros casos, humorístico
y arrabalero.
El otro, Armando Laborde, un excelente cantor de grandes
condiciones innatas, afinado y con un timbre agradable, del que muchos
se han preguntado qué hubiera pasado si este hubiera intervenido
en otras orquestas, más elaboradas y de ritmo más pausado.
Pero lo cierto es que el ritmo de D'Arienzo
lo atrapó y en esto tuvo mucho que ver el éxito de la
orquesta y la buena paga. Hasta tal punto que en dos oportunidades se
retiró para buscar otros rumbos y regresó. Sus retornos
a la orquesta fueron acogidos con beneplácito ya que cantor y
director se necesitaban mutuamente.
Alguna vez el cantor confesó: «Juan te
mataba, a la velocidad que tocaba no había garganta que aguantase».
Su labor en la sala de grabación se extendió
durante cuarenta años, desde su debut en el disco el 26 de diciembre
de 1944 con los temas "Magdala"
y "Color de cielo", hasta 1984, cuando acompañado por
la orquesta del bandoneonista Alberto Di Paulo realiza diez temas para
el sello Magenta, que nada agregan a su carrera, reiterando algunos
éxitos de otrora y con la única novedad de "Malena".
No dejó nunca de ser un muchacho de barrio,
tanto en su forma de expresarse como en sus pensamientos sencillos pero
acertados.
En un largo reportaje que le hice me dijo: «Nací
como José Atilio Dattoli, el 27 de abril de 1922, aunque legalmente
figuro como nacido el día 30, porque mi viejo, de oficio carnicero,
se olvidó al inscribirme tres días más tarde, de
la fecha, todo por causa de las carreras de caballos. Hice la escuela
primaria, luego el secundario y sabía de contabilidad... Luego
sí, hice lo mío, cantaba con pequeños conjuntos
de mi barrio, Palermo. Hice varias pruebas en algunas radios con orquestas
conocidas: Manuel Buzón, Ricardo
Tanturi y Horacio
Salgán, entre otras. Me llevaban los amigos, pero nunca me
convocaron.»
«Hasta que un día mi amigo el compositor
Alberto Tavarozzi me llama al café donde yo paraba con mis amigos
para tomar una copa y jugar a las cartas después del trabajo.
Me dice que lo convenció a Juan D'Arienzo para que me tomara
una prueba, atento que el maestro andaba buscando una voz, por la renuncia
del cantor Héctor Mauré. Me prestaron
unos pesos para tomar un taxi y me fui corriendo a Radio El Mundo. Lo
esperamos como dos horas a D'Arienzo pero
este no vino, a esa altura del partido yo creí que era un cuento
de Tavarozzi, quien muchas veces solía imaginar más de
lo debido.
«Pero al otro día, a la tardecita, me vuelven
a llamar, esta vez era la voz de D'Arienzo. Horas más tarde me
tomó la prueba, canté como veinte tangos y me aceptó.
Después me enteré que el director estaba en duda entre
Carlos Bermúdez,
ex cantor de la orquesta de Pedro Laurenz,
y yo. Optaron por mi juventud, por mi buena pinta y que era desconocido.
«El maestro me dijo: "Se tiene que aprender
dos temas, se va a la casa de Juancito Díaz (pianista) y ensayan
hasta que los saque".»
«Era fin de año y casi sin tiempo para
ensayar con la orquesta grabé mis dos primeros temas, me temblaban
las piernas.»
Todo esto transcurría pocos días antes
del viaje que D'Arienzo tenía proyectado
al Uruguay para la temporada en el lujoso Hotel Carrasco de Montevideo.
Respecto a esta gira Laborde, comentó: «Allí empezaron
las notas periodísticas, todos querían saber quién
era el nuevo cantor de D'Arienzo. Entre tantas preguntas, una metida
de pata, fue cuando me preguntaron qué orquesta me gustaba y
yo respondí “la de Aníbal
Troilo”. A la noche D'Arienzo
casi me mata y me gritó “a usted la única orquesta
que le gusta es D'Arienzo”.»
Otra anécdota interesante fue la de su nombre
artístico: «Fui por varios días “el cantor sin
nombre”. A veces me ponía uno y al día siguiente
lo cambiaba. Pero a raíz de mis grabaciones en Buenos Aires,
el sello discográfico exigía un nombre definitivo para
la etiqueta del disco, entonces ocurrió lo increíble.
Una noche que regresábamos en el ómnibus, desde el Hotel
Carrasco al centro de Montevideo, a D'Arienzo se le ocurre preguntarle
al conductor cómo se llamaba:
«¿Yo señor D'Arienzo?»
«¡Sí, usted!”. Con ese vozarrón tan ronco, tan suyo.»
«Yo me llamo Armando Laborde.»
«Ya está, ese es tu nombre.»
«Y así nació mi nombre artístico.»
«¡Sí, usted!”. Con ese vozarrón tan ronco, tan suyo.»
«Yo me llamo Armando Laborde.»
«Ya está, ese es tu nombre.»
«Y así nació mi nombre artístico.»
Volviendo a su discografía junto a D'Arienzo
con quien grabó 145 temas quiero destacar "Con
alma de tango", de D'Arienzo y Carlos
Waiss, "Desde aquella noche", de Fulvio Salamanca y Carlos
Bahr, y "Una
y mil noches", de Alberto San Miguel, Oreste
Cufaro y Carlos Bahr. Todos de la primera
etapa con el maestro.
Luego continúa con Héctor
Varela con quien graba 24 temas, de los cuales sobresale "Noches
de cabaret", de Alberto San Miguel y Antonio Fiasche.
En 1952 vuelve a la orquesta de D'Arienzo con un éxito
entre otros: "El
vino triste", de D'Arienzo y Manuel Romero.
En 1957 forma un rubro con el cantor Alberto
Echagüe secundados por la orquesta dirigida por Alberto Di
Paulo, grabando cuatro temas, y en 1959 regresa con Héctor
Varela.
En 1964 retorna por segunda vez a la orquesta de D'Arienzo,
en la que permanece hasta 1974, grabando uno de sus máximos éxitos,
"Yuyo brujo",
de Héctor Varela, Benjamín García
y Carlos Bahr.
Sin duda, Armando Laborde fue un cantor admirado por
los degustadores del mejor tango, su éxito se emparentó
con el de D'Arienzo, pero paradójicamente, sus dotes artísticas
no fueron aprovechadas en la medida de sus merecimientos