Nombre real: Enrique Inocencio Troncone
Cantor.
(10 de marzo de 1913 – 13 de marzo de 1970)
Se inscribe su nombre entre los más representativos cultores del tango. Tenía condiciones naturales que contribuyeron a facilitar una trayectoria difícil en una época de grandes cantores. Presencia, personalidad y una voz distinta que lucía en su expresar fraseado y melodioso. Uruguayo, nacido el 10 de marzo de 1913, su debut se produjo en el Cine Helvético de la pequeña localidad de Colonia Suiza, acompañado por los guitarristas Alfredo Solís y Carlos Méndez el 6 de enero de 1936. Actuaba con su verdadero nombre, Inocencio Troncone. Tres meses después, exactamente, se presenta en la recordada audición "Caramelos surtidos", ante los micrófonos de la emisora CX 18, con los guitarristas Fontela y Silva Aguilar, pasando inmediatamente al elenco de Eduardo Depauli. Allí, Agustín Pucciano y Depauli le crean el seudónimo de Eduardo Ruiz, que le acompañaría hasta 1943.
Su popularidad se acrecienta y sus éxitos se 
          repiten. Interviene en la película nacional "Radio Candelario" 
          junto a Eduardo Depauli, Miguel Ángel Manzi y el extraordinario 
          dúo formado por Carmen y Magdalena Méndez, cuyo estreno 
          se realiza en el cine "Radio City" el 21 de agosto de 1939. 
          
        
        
En enero de 1940 emprende una gira por el sur del Brasil 
          con las guitarras de Fontela, Pizzo y Falco reapareciendo en Montevideo 
          por CX 46 Radio América unos meses más tarde.
          
        
        
Al año siguiente realiza una temporada como 
          cantor de la orquesta bajo el nombre de Pintín Castellanos, encabezada 
          por Alfredo Gobbi y Armando Blasco. Este conjunto, 
          de gran calidad musical tuvo actuación destacada en el Palacio 
          de la Cerveza de la calle Yatay, en el Cabaret Tabarís y Radio 
          Monumental. 
          
        
        
En su etapa siguiente forma parte del recordado conjunto 
          Laurenz-Casella, realizando numerosos bailes y presentaciones radiales, 
          además de hacerlo desde el famoso palco del Café Ateneo. 
          Esta orquesta la formaban prestigiosos músicos. Alternaban Julio 
          Tobías y Sebastián Garreta en el piano, el contrabajista 
          Mainardi y entre bandoneones y violines los directores, Félix 
          Láurenz y Pedro Casella, Donato Raciatti, López, Ramón 
          Panedas, entre otros. Desde allí fue el "salto" a la conquista 
          de Buenos Aires como cantor de orquesta. En principio, "Eduardo Ruiz" 
          no sabía cual sería su destino. Creyó que sería 
          el conjunto del gran violinista Antonio Rodio 
          pero una rápida gestión de Ricardo 
          Tanturi, que conocía sus condiciones, motivó su incorporación 
          a la orquesta típica "Los Indios" dirigida por Tanturi. Era "la 
          voz distinta" para reemplazar a Alberto Castillo. 
          En principio el director lo convence para cambiar su nombre artístico 
          diciéndole que estaban actuando Ricardo Ruiz y un cantante melódico 
          Enrique Ruiz y que era conveniente evitar confusiones. Tanturi abrió 
          al azar una guía telefónica y dijo: "acá está, 
          usted se llamará Enrique Campos". 
          
        
        
Enrique Campos debuta en Radio El Mundo como cantor 
          de la orquesta Tanturi e inmediatamente comienza a grabar discos. Los 
          dos primeros temas, registrados el 4 de agosto de 1943, fueron el tango 
          de Luis Porcell y Leopoldo Díaz Vélez 
          "Muchachos 
          comienza la ronda" y el vals de Raúl Iglesias y Juan 
          Gatti, "Al pasar". 
          
        
        
En marzo de 1946 contrae enlace, fundando un hogar 
          ejemplar. Al mes siguiente, luego de realizar un baile en el Club "Unión" 
          de Caseros (barrio del gran Buenos Aires), canta por última vez 
          con Tanturi, alejándose para realizar actuaciones como solista 
          con acompañamiento de guitarras.
          
        
        
Francisco Rotundo lo contrata como cantor de su orquesta 
          en marzo de 1947 donde comparte su labor con el cantor Mario Corrales, 
          presentándose en Radio Splendid, teatro "Empire" y café 
          "Nacional" de la calle Corrientes. Posteriormente forma una orquesta 
          que encabeza junto al bandoneonista Alfredo Calabró. Realizaba 
          sus presentaciones el periodista Raúl 
          Hormaza. De la orquesta Campos-Calabró se comercializa un 
          solo disco que sobre matrices argentinas es reproducido por "Sondor" 
          en Montevideo y estaba formada por Sebastián Garreta, piano: 
          Alfredo Calabró, Roberto Pansera, Caruso y López bandoneones, 
          Raúl Domínguez, Lijó y Mosca violines y Samonta, 
          contrabajista. 
          
        
        
Finalizada la temporada, ya en 1950 encabeza otra orquesta 
          en la que comparte su labor con su gran amigo Juan Carlos Miranda. Tuvo 
          efímera duración, porque Enrique es requerido por Francisco 
          Rotundo, ante el alejamiento de Carlitos Roldán. 
          Tiene entonces por compañero en el canto a Floreal 
          Ruiz. Debuta en el disco el 10 de agosto de 1951 con el tango de 
          Juan Fulginiti 
          "Llorando la carta" y en diciembre de ese año realiza 
          en la orquesta de Rotundo a dúo con Floreal Fuiz su antológica 
          interpretación del famoso vals de Charlo 
          y José González Castillo "El 
          viejo vals". 
          
        
        
En octubre de 1952 se aleja y poco después es 
          contratado para cantar en la orquesta de Roberto Caló que integraban 
          figuras importantes como Osvaldo Tarantino en el piano, Leo Lípesker 
          en violín y Ernesto Franco en bandoneón. Su labor se prolonga 
          por dos años, hasta que, por tercera vez acude al llamado de 
          Francisco Rotundo, accediendo a cantar en su orquesta que entonces arreglaba 
          el primer bandoneón Luis Stazo. Había otro cantor en la 
          orquesta: Ricardo Argentino, más tarde reemplazado por Alfredo 
          Del Río.
          
        
        
En 1957 vuelve a formar orquesta, un quinteto dirigido 
          por el pianista Dante De Simone y posteriormente forma rubro con la 
          cancionista Elena Maida en un conjunto arreglado por Dante Smurra. Va 
          espaciando sus actuaciones absorbido por sus actividades comerciales. 
          En 1962 se presenta en un programa especial de Canal 4 en Montevideo, 
          acompañado por el conjunto de Toto D'Amario y al regresar a Buenos 
          Aires canta en la orquesta de Graciano Gómez presentándose 
          ante micrófonos de "Splendid".
          
        
        
Lo encontramos en 1965 en Radio El Mundo acompañado 
          por la orquesta de Dante Smurra y en 1969 comienza a grabar como solista 
          en el sello "Magenta". Viaja a Montevideo cantando en TV en el programa 
          de Miguel Angel Manzi el vals de Héctor 
          Marcó "A 
          mi padre" y el tango de José 
          Canet "La 
          abandoné y no sabía". Al regresar a Buenos Aires 
          actúa en "El farolito" de Villa Crespo y es designado jurado 
          para el Concurso de Tangos de La Falda (Córdoba). 
          
        
        
Le pertenecen algunas obras. Los tangos "Esclavas 
          y reinas" y "Dale Artime" con Jorge Moreira, el candombe 
          "Dale negra", con el mismo letrista y el vals "Por qué 
          no estás tú" con Julio 
          Jorge Nelson. Con Jorge Moreira con quien tuvo una fraterna amistad 
          musicó además "Aunque me llame papá", 
          "Buenos Aires del 40", "Para el final", "Del 
          potrero", "Pero quisiera encontrarte" y el vals "Te 
          estoy agradecido". Finalmente con Juan 
          Bautista Fulginiti "Conformate con ser buena". 
          
        
        
Fuera del rigor cronológico, debemos señalar 
          que el tango que le sirvió de presentación en Buenos Aires 
          fue "Percal", 
          acompañado en la oportunidad por el piano de Manuel Sucher. 
          
        
        
Prematuramente, en Buenos Aires, ante la congoja general 
          y de los que fuimos sus amigos, Enrique Campos nos dejó el 13 
          de marzo de 1970, aunque su recuerdo y su presencia nos acompañarán 
          siempre.
          
        
        Queda el testimonio de los discos para confirmar sus 
          grandes condiciones y dejar en evidencia de que fue uno de los grandes 
          cantores uruguayos del tango.

