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jueves, 19 de julio de 2018





Rodolfo Lesica 
 
Nombre real: Aiello, Rodolfo Oscar
Cantor
(12 noviembre 1928 - 19 julio 1984)
Lugar de nacimiento:
Buenos Aires Argentina
 
En el barrio de Parque Chacabuco (Buenos Aires) era primavera cuando ocurrió el nacimiento de Rodolfo Alberto Aiello el 12 de noviembre de 1928.En la casa de la calle Zuviría 521 de aquel Parque Chacabuco llegaba el segundo hijo varón del matrimonio integrado por Don Carmelo Aiello bandoneonista y compositor, autor de la exitosa polka “El viejito del acordeón”, con múltiples grabaciones, además de la milonga “Florcita porteña” y el tango “Criollo de ley”. Y de Doña Catalina Puzzello, que ya tenían a Oscar Osvaldo de cuatro años de edad. La familia se completaría cinco años después con el nacimiento de su hermana María Antonia.Desde ese 12 de noviembre de 1928, "el Rolo" reconocía la barriada, ya que pronto la familia se mudó al 432 de la misma calle, y más tarde a la casa de la calle Estrada al 500. Su escuela primaria fue la de la calle Salas 565, adonde según sus propias afirmaciones se hacía la "rabona", y por hacerse notar, o por su mal comportamiento era sancionado con suspensiones. En su infancia fue un rebelde que causaba preocupaciones a sus maestros y a sus padres. Podemos entenderlo como un joven pájaro que trata por todos los medios llamar la atención para que lo escuchen cantar y así fue como “Rolo” lo hizo. Además su padre, músico y compositor de fuste, tenía una orquesta que dirigía desde su bandoneón, y su hermano Oscar la integraba como pianista. Don Carmelo es autor de la polca "El viejito del acordeón", de la milonga "Florcita porteña", grabada por Argentino Ledesma, del tango grabado por Juan D´Arienzo, "Criollo de ley" entre otros temas, algunos con letra de su hermano. Entre las changas que encontró, en la terminal del recorrido de una línea de colectivos limpiaba los vidrios y barría los coches
antes de que volvieran a salir, y eso le reportaba veinte centavos por ómnibus. Alcanzaba a reunir alrededor de dos pesos, que era bastante dinero para sus bolsillos vacíos de cada día. Ya entonces, con la entonación interpretativa de tangos y valsecitos, se había ganado la simpatía de los choferes. También de noche animaba alguna reunión con su promisoria voz. Enterado de estas incursiones, su padre se presentó en una oportunidad en el lugar, con la intención de pescarlo in fraganti, para reprenderlo una vez más. Al oírlo cantar, se impresionó y desde ese momento fue uno de los cantores –el segundo vocalista– del conjunto de su padre, en el que debutó durante los carnavales de 1940, cuando apenas tenía doce años. El "Hurlingham Club" contempló su debut junto al otro intérprete, que era Guillermo Rico. Éste se incorporaría a la orquesta de Francisco Canaro con el nombre de Guillermo Coral, y brillaría en el estrellato de la radio y del cine; primero en la Cruzada del Buen Humor, y más tarde en ese quinteto inolvidable: Zelmar Gueñol, Jorge Luz, Rafael "Pato" Carret, Guillermo Rico y Juan Carlos Cambón, "Los Cinco Grandes del Buen Humor". Pero el debut oficial estaba próximo, y el Rodolfo no tenía nombre artístico. Varela le sugirió que buscara un parque o una plaza de la ciudad para conformar el seudónimo Casi decidido, le dijo a Varela que se llamaría Rodolfo Chacabuco, en homenaje al parque del mismo nombre. La carcajada de Varela, y su comentario, lo hicieron desestimar ese apellido: "¿querés triunfar como achacado o enfermo?", y le preguntó si no recordaba otro lugar con un nombre mejor. Y recorriendo nombres de plazas y parques se decidieron por Plaza Lezica, actualmente Parque Rivadavia, apellido que conformó a todos, pero cambiando la "z" por la "s". El estilo de la orquesta era singular; no se parecía al de otras, y se destacaba por los eficaces arreglos del propio Varela, por los buenos intérpretes y por la presentación, que estaba a cargo de Jorge "Cacho" Fontana. La respuesta del público superó las expectativas más optimistas: La orquesta se convirtió en el "boom" del tango, y sus cantores lograron un suceso extraordinario con la mayoría de sus creaciones. Pasaron por el "Chantecler", se presentaron en los horarios centrales de Radio Belgrano, y empezaron a grabar en el sello "Pampa", que pertenecía al grupo EMI-ODEON. Sus primeros temas fueron la milonga "Un bailongo", a dúo por Laborde-Lesica; "El bulín de la calle Ayacucho" y "Paciencia" cantadas por el mismo Lesica y, nuevamente con Armando Laborde, el tango "La carreta". Aquel estilo fuerte, su avasalladora personalidad, sumado a ese único registro de voz y afinada interpretación le permitieron desarrollar una trayectoria ascendente. Dícese que cuando se presentaba a cantar tenía una aceptación unánime de los asistentes, y era puntal de la novel agrupación. Don Héctor le había tomado una admiración y un cariño paternal… Claro, para un pibe pintón y acostumbrado a las mieles del baile –sumado a la admiración que despertaba en las damas, era más que evidente que “algo más que talento” tenía el rolo.