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martes, 20 de agosto de 2019


Ernesto Baffa 

Nombre real: Baffa, Ernesto Guillermo
Bandoneonista, director y compositor
(20 agosto 1932 - 11 abril 2016)
Lugar de nacimiento:
Buenos Aires Argentina
 
Suena un teléfono «Hola, habla Pichuco ¡nene!... estoy en el Marabú, venite para acá que vas a empezar en la orquesta».
«Yo volé, volé, —recuerda Ernesto— y a los diez días empecé con Aníbal Troilo».
Aquel llamado que recibió en la casa de su madre, doña Rosario, allá por 1959, todavía lo emociona. Una vez El Gordo lo había confundido con Leopoldo Federico cuando Baffa tocaba en la formación de Horacio Salgán, justamente para reemplazar a Leopoldo. Después del malentendido, en una de las mesas del boliche cordobés El patio de la morocha, Pichuco le propuso irse con él.
«¡El sueño de mi vida!» —dice— y la alegría lo invade como cuando con los pantalones cortos todavía se trepaba al alambrado del Club Flores Que Surgen, en su Floresta natal, para escuchar y ver a su bandoneón admirado. Aún hoy, apenas abre la puerta de su corazón, Troilo aparece.
Pero todo esto Ernesto no sólo lo cuenta, lo toca. Durante la mayor parte de la charla el que habla es el bandoneón. «Es muy difícil este bicho (por el instrumento) y uno no se puede dejar estar» —asevera—, y hasta convoca a su mujer como
testigo de que estudia todos los días. Como lo hacía con el maestro Francisco Sesta, cuyos métodos de digitación sigue practicando, así como los ejercicios que le enseñara Marcos Madrigal.
Después nos brindó un alarde de virtuosismo interpretando el “Ave María” de Franz Schubert. Una pausa para el café y luego, vendrán un par de tangos. Los recuerdos de la niñez afloran con una serie de canzonettas de las que deleitaban a Antonio, su padre, un albañil venido de Cosenza, Italia. «Él alcanzó a escucharme cuando toqué con Héctor Stamponi, después lo perdí. No me vio llegar. ¡Oh! si me hubiera visto con Salgán, con Troilo...» Confiesa con los ojos brillantes.
Rato después, testimonia la pasión por el Club Atlético Independiente, con un pedazo de su tango “Para el amigo Luis Islas” (un importante arquero de ese club de fútbol). La charla y la música parecen no tener fin. Poco antes de la despedida, resume en pocas palabras su sentimiento: «Las satisfacciones que me ha dado la música no se pueden describir. Toqué con los mejores, que más se puede pedir. Además, sigo en la brecha».
Ernesto Baffa debutó en la orquesta de Héctor Stamponi en 1948 y en 1953 ingresó en la de Salgán. Al respecto, comenta Horacio Ferrer: «En plena adolescencia alcanzó el primer plano de la estimación, como sucesor de Leopoldo Federico en el primer atril de bandoneones de la orquesta de Horacio Salgán. Su excelente sonido y su dominio del instrumento quedaron expresados cabalmente en muchos de los solos que realizó con dicha agrupación: “Responso”, “Entre tango y tango” y la milonga “Homenaje” (disco Antar Telefunken, 1957)». En 1959, pasó a la orquesta de Aníbal Troilo, en la que permaneció casi 15 años.
«Yo llevé a Raúl Garello a la orquesta. Estudiaba conmigo, en la casa de mi finada madre, y un día surge una vacante: se va Fernando Tell y lo presenté a Troilo».
Aún estaba con Pichuco (1965), cuando conformó un trío con Osvaldo Berlingieri y el contrabajista Fernando Cabarcos, que luego se convertiría —ya desvinculado de El Gordo— en la famosa Orquesta Baffa-Berlingieri que grabó inolvidables páginas con Roberto Goyeneche y excelentes instrumentales: “Cabulero”, “Canaro en París”, “Ritual”, “Mi refugio”, “Verano porteño”, entre otros.
En su Libro del tango, Ferrer considera que la sonoridad orquestal tiene cuño troileano y valiosas influencias de Astor Piazzolla y de Salgán que combinadas, logran un estilo propio.
«Ahora están estos chicos nuevos con el tango electrónico; bueno, que me disculpen pero yo no lo siento. Y eso que trabajé con Piazzolla, un vanguardista. Pero Troilo, era un fuera de serie. Hay algo que mucha gente desconoce; en sus últimos discos, el que hacía los solos era yo. El dirigía, y me los daba a mí para tocarlos».
En el transcurso del Festival de Medellín, realizado en 1968, se le otorgó la Lira de Oro por sus actuaciones. En tan larga trayectoria cabe mencionar su desempeño en las orquestas de Alberto Mancione, Alfredo Gobbi, Pedro Laurenz y en el conjunto que acompañó al cantor Alberto Marino.
Viajó con su música por Europa y Japón, donde tuvo un éxito extraordinario.
En los últimos tiempos, continuó su actividad dirigiendo conjuntos más pequeños, pero que poseen los mismos atributos de sonoridad que distinguieron su carrera artística.
Como compositor su obra es extensa. Destacamos algunos temas: “Calavereando”; “Con punto y coma”; “Pa’la guardia”, en colaboración con Antonio Scelza; “Porteñero” y “Chumbicha”, con Raúl Garello; “Trasnoche de ilusión”, también con éste y su hermano Rubén Garello en los versos; “Tu amor y tu olvido”, con Roberto Pérez Prechi y letra de Ángel Di Rosa; “Bardiana”, con Enrique Munné; “Un tango para Bochini”, con Roberto Vallejos; “Al amigo Daniel Scioli”, con Daniel Lomuto; “B.B.” y el exquisito “Par de dos”, ambos con Berlingieri.
En 1992 fue declarado Ciudadano Ilustre de Buenos Aires por la legislatura porteña. Además, integró la Selección Nacional del Tango y, al frente de su Ernesto Baffa Trío, solía deleitarnos en el Café Homero.
 
 
 
 
Jorge Durán 

Nombre real: Durán, Alfonso Jesús
Seudónimo/s: Cajón
Cantor
(19 enero 1924 - 20 agosto 1989)
Lugar de nacimiento:
San Juan Argentina


Sus padres eran inmigrantes andaluces que además de dedicarse a cultivar frutas y vides tenían una pequeña bodega. Desde chico Durán tuvo contacto con el canto pues era habitual que en las pausas de descanso todos cantaran canciones españolas tradicionales y del folclore argentino, y en la escuela se destacaba en el canto, lo que motivó al saber que viajaba a Buenos Aires acompañando a su padre que iba por negocios, su profesor de música le recomendó a un profesor de canto de esa ciudad.Cuando tenía 18 años la familia se radicó en Buenos Aires y Durán comenzó a cantar en forma profesional en algunos locales y confiterías. En una de esas ocasiones lo escuchó el bandoneonista Jorge Argentino Fernández, lo contrató para la orquesta que había organizado en 1942 después de dejar la formación de Rodolfo Biagi ​y fue así que debutó en Radio Mitre ​pero no pasó mucho tiempo antes de dejar el conjunto. A continuación conoció al folclorista Buenaventura Luna, integrante de La Tropilla de Huachi Pampa y con este conjunto hizo varias presentaciones y, con el nombre de Alfonso Durán, sus primeras grabaciones en 1944, que fueron Zamba del gaucho el 13 de marzo y En las sombras el 19 de septiembre. Ese mismo año ingresó en la orquesta de Emilio Balcarce y grabó sus primeros tangos Mi Buenos Aires querido y Me están sobrando las penas.Poco después lo convocó Carlos di Sarli para incorporarlo a su orquesta; un mismo día hizo su última presentación con Balcarce
cantando en Radio Belgrano a la tarde y debutando con Di Sarli por Radio El Mundo a la noche, oportunidad en la que el director le cambió el nombre artístico por el de “Jorge Durán” y le pidió que cantara en un tono más alto, para lo cual no tuvo problema pues tenía un buen registro de voz. Este período que duro dos años con Di Sarli fue el más brillante de su carrera.​

En 1947 ingresó a la orquesta de Pedro Laurenz, sin hacer grabaciones. Durante ese mismo año estuvo un lapso con la orquesta de Horacio Salgan y grabó en RCA Victor tres temas que no salieron a la venta.Cuando en 1950 los cantores Francisco Fiorentino y Ricardo Ruiz se separaron de la orquesta dirigida por José Basso, el primero para cantar con la orquesta de Alberto Mancione y Ruiz, para hacerlo con la de Ángel D'Agostino, el director los reemplazó por Jorge Durán y Oscar Ferrari. 6​Durante los tres años que estuvo en la orquesta, Durán registró 12 canciones.
En 1954 pasó por la Orquesta Símbolo Osmar Maderna dirigida por el violinista Aquiles Roggero con la que registró un tema y a fines del año siguiente ingresó en la de Francisco Rotundo y en diciembre dejó grabados el vals Poema para mi madre y el tango Sus ojos se cerraron de Alfredo Le Pera.
El 26 de abril de 1956 retornó con Carlos Di Sarli hasta 1958 registrando 19 temas.En 1959 se unió a Roberto Florio, que abandonó la orquesta de Alfredo de Angelis y organizaron una orquesta propia que dirigió Orlando Tripodi desde el piano; empezaron en 1959 a grabar un larga duración para el sello RCA Victor y cuando estaban por la mitad la empresa decidió no editarlo por lo que solamente se conocen algunos registros que con el tiempo llegó a manos de muchos interesados; se trata de Dame mi libertad, Yo no quise hacerte mal, Un amor imposible, Estrella y, a dúo con Jorge Durán, Regresa a mí, Amor de resero y Ojos de canela.
En 1962 volvió a la orquesta de José Basso, en 1968 colaboró con la orquesta de Armando Portier, en 1970 grabó un disco acompañado por Oscar de la Fuente y en 1971 hizo su último registro discográfico con un larga duración con doce canciones acompañado por los guitarristas Juan Carlos Coria, Domingo Laine, Rubén Morán y Héctor Estela.Jorge Durán falleció el 20 de agosto de 1989 de un enfisema pulmonar.Su hija Norma contó que en el ambiente artístico todos conocían a su padre como “el Cajón”.Sucedió durante su primera etapa con la orquesta de Carlos Di Sarli que un día en que lo estaban esperando los restantes integrantes del conjunto en un cuartito, su figura - mediana estatura pero de gran contextura, ancho de cuerpo, vistiendo ese día un traje gris, a la moda, amplio, de anchas solapas y grandes hombreras- comenzó a recortarse al fondo del pasillo por el que se llegaba, lo que hizo exclamar al bandoneonista Juan Carlos Bera «¡Miren parece un cajón!». Y así nació ese apodo que lo acompañó para siempre