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lunes, 18 de noviembre de 2019


Osvaldo Fresedo 
 
Nombre real: Fresedo, Osvaldo Nicolás
Seudónimo/s: El Pibe de La Paternal
Bandoneonista, director y compositor.
(5 mayo 1897 - 18 noviembre 1984)
Lugar de nacimiento:
Buenos Aires Argentina
 

Fue de origen acomodado y su madre le dio las primeras lecciones de música, pero siendo aún pequeño su familia se trasladó a un barrio más popular y fue allí donde empezó su interés por el tango. Aprendió a pulsar el bandoneón y siendo todavía adolescente integró varias de las más conocidas orquestas de la época de la Guardia Vieja.
En 1920 viajó a Estados Unidos y en Camden (Nueva Jersey) grabó algunos discos integrando un cuarteto en el que tomaban parte el violinista Tito Roccatagliata y el pianista Enrique Pedro Delfino.
De regreso en Buenos Aires forma su primera orquesta a la que, desde el principio, imprimió su característico sello estilístico, el cual, a pesar de haber evolucionado en las siguientes décadas, se mantuvo inalterable en lo esencial, convirtiendo a su conjunto en un verdadero alarde de elegancia. Fue Fresedo, de hecho, uno de los renovadores del tango a principios de la década de 1920, junto con otros jóvenes músicos de ese momento, como Julio de Caro y Juan Carlos Cobián. Todos ellos, sobre la base de su mejor nivel técnico, supieron imponer el estilo musicalmente más depurado que caracterizó al tango que desde entonces se dio en llamar el tango de la Guardia Nueva.
En los años de la década de 1920, Fresedo tuvo una febril actividad como compositor y director de orquesta. Ya antes de esta época había compuesto El espiante, tema al que
ahora se agregaban Vida mía, El Once, Pimienta, entre otros.

Como director, su actividad era incansable, como resultado de las grabaciones que le solicitaban y de su amplia aceptación entre el público, sobre todo el más pudiente, lo que le obligó incluso en alguna oportunidad a dividir su orquesta en cuatro y colocar cada una en un local nocturno diferente. Fue, sin duda, su mejor época desde el punto de vista comercial, y también, probablemente, autoral. Baste decir que entre los años 1925 y 1928 Fresedo grabó para la Odeón cerca de 600 temas.
En muchas de estas grabaciones se oyen también las voces de estribillistas como Ernesto Famá (el más emblemático de sus cantores de esa época), Teófilo Ibáñez y Juan Carlos Thorry entre otros.
Alejado ya de Odeón y al frente de una orquesta de mayores dimensiones (como las que ya empezaban a constituirse a partir de la década de 1930), comienza lo que podríamos llamar la segunda época del maestro, con un estilo orquestal renovado y, sobre todo, con la presencia vocal de Roberto Ray (tal vez el más emblemático de los cantores de Fresedo). Las versiones del dueto Fresedo-Ray se encuentran entre las más recordadas de la historia del tango (Vida mía, Como una princesa, Isla de Capri, entre otras).
Cuando en la década de 1940 aparece una nueva generación de músicos: (Aníbal Troilo, Osvaldo Pugliese, Miguel Caló, Alfredo De Angelis, Ricardo Tanturi, Ángel D'Agostino, etc.), que imponen el estilo característico de esta época, Fresedo procura adaptarse musicalmente a estos nuevos tiempos. Sin embargo, de alguna manera, ese intento le va a restar mucho de la fuerza del estilo fresediano que supo combinar de manera tan acertada ritmo y elegancia. A partir de aquí sus orquestaciones se hacen más lentas y elige cantores melífluos que incluso, en algún caso, le dan un cierto aire bolerístico a sus versiones.
A pesar de los constantes cambios que se suceden en el tango, Fresedo continúa grabando en los años 30 y 40 en RCA Victor, con el aporte de los cantores Ray, Ricardo Ruiz y Oscar Serpa. Luego pasa a grabar durante unos años en Odeon, hasta casi finales de los 50, y con los cantores Héctor Pacheco, Carlos Barrios y Armando Garrido. En 1959 inicia registros en Columbia, siendo uno de los primeros artistas en grabar en sonido Estéreo.
Fresedo continuó dirigiendo hasta su retiro en 1980, dejando de grabar ese año en el sello CBS, donde había grabado con Argentino Ledesma como último cantor invitado, constituyéndose así en el director de orquestas de tango de más larga trayectoria (si recordamos que se inició en este rol a comienzos de la década de 1920).
Osvaldo Fresedo falleció en Buenos Aires, el 18 de noviembre de 1984. 
 
 
 

Pascual Contursi 
 
Nombre real: Contursi, Pascual
Poeta, letrista, autor teatral y cantor aficionado.
(18 noviembre 1888 - 29 mayo 1932)
Lugar de nacimiento:
Chivilcoy (Buenos Aires) Argentina 
 

Nació en Chivilcoy, una pequeña ciudad rural de la Argentina ubicada a 164 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires y a los pocos años se trasladó con su familia a esta última ciudad donde se instalaron en el humilde barrio de San Cristóbal.
En su adolescencia escribía poesías y cantaba, acompañándose con guitarra, temas que componía. Trabajó como vendedor en una zapatería, donde tuvo como compañero a Pascual Carcavallo que con los años se convertiría en un conocido director de teatro y empresario teatral. Hacia 1914, se radicó en Montevideo donde comenzó a componer letras para tangos que no las tenían y a cantarlas en público. La innovación consistió en que muchas de estas letras contenían el relato de una historia, generalmente vinculada temas sobre los cuales ya habían escrito cultores de la poesía urbana como por ejemplo Evaristo Carriego.
En la capital uruguaya Contursi cantaba en lugares como el cabaret Moulin Rouge de propiedad de Emilio Matos, padre de Gerardo Hernán Matos Rodríguez, compositor de La cumparsita y al finalizar su actuación pasaba el sombrero ya que el único ingreso por su trabajo era lo que le entregaba el público.
Entre 1914 y 1917 le puso letra a El flete de Vicente Greco, a La biblioteca y a Don Esteban de Augusto P. Berto, a Vea ... vea ... de Roberto Firpo, a Matasanos de Francisco Canaro, a De vuelta al bulín del pianista José Martínez, a Ivette de E.Costa y J. A. Roca y a El Cachafaz y a Champagne tango de Manuel Gregorio Aróstegui. También compuso Flor de fango sobre la música de El desalojo de Augusto A. Gentile y Pobre paica sobre la música de El motivo de Juan Carlos Cobián.
En 1917 Contursi aprovechó una actuación de Gardel en Montevideo para acercarle su letra de Lita, sobre el tango de Samuel Castriota, que el cantor interpretó en el teatro Urquiza de esa ciudad y luego en el teatro Empire de Buenos Aires, grabándolo el mismo año ya incorporado a su repertorio. Elías Alippi, que tenía a su cargo la puesta en escena del sainete Los dientes del perro de José González Castillo y Alberto T. Weisbach tuvo la idea de presentar en escena un cabaret con la actuación en vivo de la orquesta de Roberto Firpo, que era la mejor del momento, ejecutando tangos y a propuesta de Gardel, de quien era muy amigo, incluyó al tango de Castriota y Contursi ahora con el nombre de Mi noche triste que cantaba Manolita Poli, una actriz de 19 años, hija de padres zarzueleros.
El 20 de abril de 1918 en el teatro Esmeralda (llamado luego teatro Maipo) se estrenó el sainete que se mantuvo toda la temporada y fue repuesto al año siguiente. El factor principal de tal éxito fue la incorporación del tango a la pieza teatral y, en especial, el aplauso que el público brindó a Mi noche triste. Si bien este no fue el primer tango canción, hay consenso en considerar que por la trascendencia que tuvo su estreno marcó el inicio de una nueva etapa del género.
Ya en Buenos Aires Contursi escribió, a veces solo y otras en colaboración con otros autores exitosos del momento como Ivo Pelay, Manuel Romero, Mario Bellini, Enrique P. Maroni, Ricardo Cappenberg, Elías Alippi, Pablo Suero y Domingo Parra una serie de sainetes y otras piezas de teatro en los que intercalaba tangos de su autoría y si bien las obras lograron la atracción del público no tuvieron méritos para perdurar. Algunas de esas obras fueron Hasta el San Martín no para, Con esta sí, Maldito cabaret, La milonga popular, Mi noche triste, La polca de la silla, Martineta y Carpincho, ¡Quién fuera millonario!, Pero hay una melena, ¡Atención al fogonazo!, Cabaret, tangos y anexos, La cumparsita, Percanta que me amuraste, ¡Qué lindo es estar metido¡, Caferata, Los distinguidos reos, Primavera rea, En el barrio de los tachos, ¡Porteño tenía que ser!, Un programa de cabaret, Vayan saliendo los guapos, ¡Qué calamidad!, Del tango al charleston.
Entre sus tangos se recuerda la letra, conocida por sus palabras iniciales Si supieras, que compuso junto con Enrique P. Maroni para La cumparsita, el tango humorístico La mina del Ford, de 1924 en colaboración con Fidel del Negro y Antonio Scatasso y Ventanita de arrabal compuesto en colaboración con Antonio Scatasso en 1927 para su sainete Caferata (proxeneta en lunfardo).
Junto con el éxito de sus tangos y sus obras de teatro llegó la fortuna. En 1927 viajó a Europa en la cima de su popularidad y residió en Francia y en España. En París escribió en 1928 la última obra que se le conoce, el tango Bandoneón arrabalero con música de Juan Bautista Deambroggio apodado "Bachicha" en la que utiliza la figura de un bandoneón viejo y abandonado para hacer el paralelo con un hombre en igual situación.
Después de esta fecha, aparecieron los síntomas de enajenación mental producto de la sífilis que padecía y algunos amigos, entre los que se encontraba Gardel, lo embarcaron, piadosamente engañado, rumbo a Buenos Aires, donde murió internado en el Hospital de las Mercedes, un establecimiento de salud mental, el 29 de mayo de 1932.
Se había casado en 1911 con Hilda Briano y tuvo un hijo, José María Contursi que fue también músico y letrista de tango.