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martes, 24 de julio de 2012

El asesino de Denver enfrentó al juez, pero no quiso declarar

James Holmes estuvo callado y con la mirada perdida. Podrían pedir la pena de muerte.
Con el pelo teñido de naranja y expresión de perplejidad, James Holmes, el acusado de haber matado a 12 personas y herido a otras 58 a balazos en un cine de Colorado, Estados Unidos, el viernes, compareció ayer por primera vez ante un tribunal, a la espera de que se presenten los cargos en su contra.

Holmes, de 24 años, llevaba puesto un uniforme de preso color bordó y escuchó al juez en silencio, con la mirada perdida , inexpresivo o con gesto de tristeza. Algunos medios señalaron que parecía un zombi. Era imposible determinar si era resultado del estrés, de medicamentos, de desequilibrio o, tal vez, parte de una actuación. En el tribunal había varios familiares de las víctimas.

El acusado, un estudiante de neurociencias de la Universidad de Colorado, tendrá que comparecer nuevamente ante la corte el próximo lunes para escuchar formalmente los cargos y fue puesto bajo custodia sin derecho a fianza.
La fiscal advirtió que todavía se está “muy lejos” de cerrar el caso y de que comience el juicio, cosa que, estimó, podría tardar “al menos un año”. La policía señaló que no existen dudas sobre la responsabilidad de Holmes en la matanza. El sospechoso se entregó en las afueras del cine, todavía vestido con un traje antibalas.

El atacante entró al cine por una salida de emergencia con una máscara antigás luego de que empezara la película y lanzó dos artefactos de gas nocivo a la multitud, que inicialmente pensó que todo era un truco publicitario. Pero luego empuñó un rifle de asalto y disparó entre 50 y 60 balas por minuto. Según se supo el fin de semana, el fusil se le habría trabado y por eso no hubo todavía más muertos. A la acusación se sumaría como agravante la compleja trampa explosiva que tendió en su departamento.

En tanto, la policía dijo haber encontrado en el departamento de Holmes, una computadora que podría hacer avanzar la investigación. Aún no se ha revelado cuál habría sido el móvil del asesino, que no tenía antecedentes criminales.
El domingo, el presidente Barack Obama visitó a los familiares de los fallecidos y a los sobrevivientes. Dijo luego haber derramado “algunas lágrimas” y comentó “que las palabras son siempre inadecuadas en este tipo de situaciones”.

Fuente: clarin.com