“Toda la operación de esta instalación es controlada electrónicamente, toda esa información está grabada. Ya hicimos contacto con empresas internacionales expertas en el análisis causa-raíz de este tipo de accidentes industriales”, señaló Juan José Suárez Coppel, el director de Pemex.
Ante los antecedentes de sabotajes de bandas narco, cuyos crímenes azotan a diario el estado de Tamaulipas -donde se encuentra la planta distribuidora- y han provocado tragedias mayúsculas por robar combustible (el peor fue en Puebla, diciembre de 2010), las autoridades de Pemex quieren saber qué fue lo que provocó la muerte de 26 operarios de mantenimiento.
Según estadísticas que publica la agencia Reuters, se trata de la tercera explosión en cinco semanas en instalaciones de la empresa estatal mexicana. “Nos aseguraremos otra vez de entender otra vez esa causa-raíz. Haremos un análisis a fondo, y lo haremos público cuando éste esté listo”, aseguró Suárez Coppel en una conferencia de prensa que también sirvió para pasar en limpio las dolorosas cifras de fallecidos en el accidente.
Todos ellos realizaban labores dentro de la planta donde se produjo la tragedia, aunque solamente cuatro eran empleados directos de Pemex, mientras que otros 22 trabajaban para “empresas contratadas para tareas de mantenimiento”, según detalló el Director, acompañado en la rueda de prensa por el gobernador local Egidio Torre Cantú.
Las empresas proveedoras de servicios eran Iansa, Merco, Química Apollo y Galcor. Suárez Coppel explicó que 25 personas murieron “dentro de las instalaciones donde sucedió el percance y la restante al cruzar la carretera”. Este miércoles, Milenio publica que hay también siete personas desaparecidas, mientras que la cifra oficial de heridos asciende a 46.
El siniestro se produjo en uno de los centros de distribución de gas más importantes, que recibe el combustible desde los Estados Unidos. Fuentes de la empresa aseguran que la provisión del fluido no se verá afectada.
Fuente: infobae.com