Paraná - El frío y la lluvia no detuvieron a los miles de fieles que ayer por la
tarde presenciaron la misa que el padre Ignacio Peries celebró en esta
ciudad y pidieron su intervención para
sanar o aliviar males físicos y espirituales. Se estima que unas 50 mil
personas, entre paranaenses y de varias localidades entrerrianas e
incluso bonaerenses asistieron a la ceremonia, que comenzó minutos antes
de las 16 en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, ubicada en calle
Enrique Carbó 461, frente a la plaza Roque Sáenz Peña.
Una dura
vigilia debieron padecer aquellos que se propusieron "ganar lugar" para
estar más cerca de las puertas del templo, al que sólo lograron entrar
unas 500 personas entre fieles, organizadores y colaboradores. La
prioridad de ingreso la tuvieron las embarazadas, discapacitados y
personas con dolencias, quienes podían acceder acompañados de un
familiar, aunque "algunos se avivaron y entró un enfermo y tres o cuatro
parientes", se quejaron varios a la entrada de la parroquia. Acaso por
esta razón, hubo quienes antes de la misa se alteraron y golpearon las
puertas del templo para reclamar por los dolientes que quedaron afuera.
Según el mismo párroco de Sagrado
Corazón de Jesús, Hernán Quijano, la convocatoria excedió toda previsión
y la atribuyó a "un hecho de fe". No obstante, reconoció que a la
comunidad católica paranaense "esto nos ha desbordado toda predicción".