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viernes, 8 de junio de 2012

Murió Camila, la nena que fue símbolo de la muerte digna

La última foto. Selva y Carlos, con Camila, el viernes pasado, en el Centro Gallego. “Partió en paz”, dijo ella.
Camila se fue. La dejaron ir. A menos de un mes de sancionada la ley de muerte digna, Camila, la nena que se transformó en el símbolo de lucha por esta ley, fue desconectada. “ Camila pasó por este mundo y dejó derechos para todos ”, dijo ayer Selva, su mamá, la gran impulsora de este nuevo derecho de los argentinos.

A las 12.05, un equipo de médicos del Centro Gallego desconectó a la pequeña, que estaba en estado vegetativo desde que nació. Fueron unos pocos minutos los que llevó desconectarle de su cuerpo el botón gástrico que la alimentaba, la vía que la hidrataba, y la traqueotomía por la cual recibía oxígeno.

El pedido formal de la familia se había realizado el lunes. Los médicos, a diferencia de oportunidades anteriores, dijeron que sí, pero que primero tenían que asesorarse de cómo era el procedimiento. Así lo hicieron y ayer temprano avisaron a sus familiares que se realizaría la desconexión. Pidieron que nadie fuera avisado, y que se realizara en la más absoluta intimidad. Carlos, el papá de Camila, se quedó en su casa de Ezeiza, esperando que la hija mayor de la familia, Valentina, volviera del colegio. Selva, la mamá, estuvo en el Centro Gallego, pero no entró a la sala en el momento que desconectaron a Camila.Eligió esperar en un pasillo, cerca, pero sin ver .

Quien fue testigo del momento fue Marcelo Velis, un gran amigo de la familia. “ Me lo pidió Selva y no dudé. Para ella era demasiado. Fueron unos minutos ”.
“Para Selva fue un proceso de mucha lucha, de mucho llanto, mucha angustia. Reaccionó con llanto, con dolor, pero también con mucho alivio. Ahora va a poder terminar de elaborar el duelo que empezó hace tres años. Es una herida que irá cicatrizando con el tiempo”, contó Marcelo a Clarín.

Camila será cremada. El domingo a las 11 se hará una misa en el santuario de la iglesia de Uribelarrea, y allí quedarán los restos de Camila, ya que la familia es muy amiga del Padre Juan, quien dará la misa.
Los médicos se habían negado sistemáticamente a desconectar a la nena, hasta que Selva recurrió a los medios para hacer pública su historia. En menos de un año de hablar y de explicar y de sensibilizar, esta mujer de 38 años, maestra, madre de otra nena, logró su cometido: la muerte digna es ley para todos los argentinos desde el mes pasado.

“Camila partió en paz. Camila pasó por este mundo y dejó derechos para todos”, repite Selva.
Selva estuvo acompañada por Juan Carlos Tealdi, a esta altura, un amigo. Pero Tealdi es el director del Programa de Bioética del Hospital de Clínicas y asesor en bioética de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.

“Selva me llamó para que la acompañara, y claro, allí estuve”,
“Si bien desconectar puede ser rápido, el proceso fue largo. Con Selva esperamos dos horas en unas sillas de un pasillo. Hablamos de todo. Hubo altibajos, hubo lágrimas. Fue un momento duro, difícil. Por más pensado que estuviera todo, igual es difícil”.

Para Tealdi, que se haya sancionado la ley de muerte digna es un gran avance. “Ahora nos queda el desafío de hacer que la norma sea de acceso universal. No tiene que haber ninguna madre más que tenga que pasar por el calvario que pasó Selva”.

Fuente: clarin.com.ar