Powered By Blogger

martes, 15 de mayo de 2012

Menor acusada de abuso sexual actuó "influenciada por la TV"

Casilda.— El contenido sexista de los medios de comunicación puede influir en el comportamiento de un menor al punto de repetir escenas que le resulten naturales. Al menos esa parece ser la mirada de la jueza de menores de Casilda, Cristina Pecoraro, quien quitó culpabilidad a una adolescente de 15 años que desde hace meses vive "estigmatiza" en Arequito, al ser acusada por un supuesto abuso sexual contra tres niñas de la misma localidad.

La magistrada entendió que la chica "no hizo más que repetir conductas que inculcan la televisión e internet", y consideró que "es tan víctima como las hijas" de los padres que denunciaron el hecho.

Si bien la quinceañera, identificada como M., no es punible, igualmente Pecoraro trabajó el expediente y además de ponerla en conocimiento del caso a la Dirección Provincial de Niñez, Adolescencia y Familia, reclamó su intervención, aunque, al menos hasta ahora, el organismo no actuó en consecuencia, por lo que la adolescente continúa en estado de vulnerabilidad. "Sigue en su mismo hábitat sin ser tratada psicológicamente ni estar escolarizada", explicó la jueza.

Debate sobre los medios. La postura de la magistrada reavivó el debate sobre el rol de los medios en la sociedad a partir de la generación de estereotipos susceptibles de ser reproducidos. Y en ese marco surge como principal preocupación las severas consecuencias que ello puede aparejar en menores que no cuentan con herramientas para discernir lo nocivo de lo inofensivo.

"En distintos programas de televisión, ya sea dentro de los horarios permitidos o no, es común ver escenas vinculadas a lo sexual, y ni hablar de internet, que es como entrar a un mundo donde pareciera ser que todo vale, cuando en realidad no debiera ser así", dijo ayer Pecoraro a LaCapital, y remarcó que ante situaciones de este tipo "si el menor no tiene alguien que lo apoye para orientarlo sobre lo que está bien o mal, es probable que ocurran casos como este, que tiene como derivación la mirada de una sociedad que tiende a estigmatizar y no dar oportunidades".

La denuncia:. El caso en cuestión data de un año atrás, cuando las madres de tres pequeñas de entre 6 y 10 años denunciaron que sus hijas habrían sido abusadas por una adolescente y acusaron por un delito similar a un hombre de unos 70 años cuya causa recaló en el Juzgado de Instrucción en lo Penal de Casilda.

"Aunque es no punible, igual trabajamos el caso de la chica acusada, quien conocía tanto a sus supuestas víctimas como a los padres de ellas, ya que todos tenían un vinculo directo o indirecto de parentesco", explico la jueza.

Pecoraro contó que las chicas "siempre jugaban juntas, hasta que un día una de las nenas comentó que la adolescente las besaba en los labios y tocaba sus partes pudorosas a través de la ropa, además de hacer determinados movimientos eróticos".

A partir de eso, el Juzgado comenzó a realizar una tarea minuciosa con la colaboración de la asistente social de Arequito. "También dimos intervención a la Dirección Provincial de la Niñez, Adolescencia y Familia, que hasta ahora no respondió al pedido de cumplir con la ley para hacerse cargo del tema", lamentó la magistrada.

No obstante, recordó que durante el proceso que se llevó adelante "tanto M. como las otras menores empezaron a ser tratadas psicológicamente, pero la mayoría abandonó. También habíamos conseguido escolarizar a la chica acusada, pero fue tan fuerte el hostigamiento al que se vio sometida que dejó la escuela".

La magistrada intentó hacer una mediación entre las partes, que no prosperó ante la negativa de los padres que formularon la denuncia, quienes plantearon su malestar. "Es comprensible el enojo y el dolor, pero deben entender, al igual que la sociedad, que no puedo acusar a la adolescente de nada sino, por el contrario, ayudarla a integrarse".

El contexto de la chica. M. vive con su bisabuela, que por su avanzada edad tiene dificultades "lógicas" para educarla y formarla. "Ve televisión todo el día y a veces consigue algo de dinero para usar internet sin tener quién le explique, por ejemplo, qué diferencia hay entre un gay, un transexual, una mujer a la que le gusta otra mujer, cómo son las familias ensambladas y los actos sexuales, por lo que obviamente no va a poder asimilar lo que ve en la pantalla", dijo la jueza al referirse denunciado comportamiento de la chica.

Pecoraro insistió en que la adolescente "sigue estando en el mismo lugar y estigmatizada por la sociedad". También remarcó que al no ser contenida y al verse rechazada al punto de haber dejado la escuela "no entiende demasiado la situación. Y la única forma de defensa que tiene cuando sale de su hogar para hacer compras y ve a las nenas (con las que jugaba hasta que fue denunciada) es hacerles burla, lo cual es un acto inconsciente porque no tuvo un parámetro de enseñanza adulta acorde a la edad de ella".

Trabajar "solidariamente". Finalmente la jueza instó a la sociedad a "trabajar solidariamente desde la integración, porque excluyendo a la chica y sacándola de su medio no se logra nada".

En este marco, consideró que aunque la causa deberá cerrarse porque la chica no es punible, "esto no quiere decir que la causa esté cerrada a nivel social que es lo más importante, porque la nena tiene un estigma en el pueblo".

Y remató: "No creo que sea un caso muy particular, no es el primer caso que tenemos y la gente no quiere hacerse cargo".

Conducta

La jueza Cristina Pecoraro fue más allá al hablar del comportamiento de la chica y del modo en que ella podría estar replicando lo que ve a menudo. Es que, para la magistrada, la quinceañera denunciada “no solamente expresaba cariño de esa manera, sino que consideraba que estaba bien. Lo que la niña entiende como expresión de cariño es darse un beso, tocarse, como pasa en la televisión, la nena lo que establece es una repetición de conductas porque no hay nadie que le diga si esto está bien o mal”, remató.



Fuente :lacapital.com.ar